Farmacéuticas globales responden a Trump con inversiones históricas: Más de 450.000 millones de dólares para producción en EE.UU.

Las principales compañías del sector han anunciado conjuntamente inversiones que superan los 450.000 millones de dólares en Estados Unidos para los próximos años, con el objetivo primordial de incrementar la producción local de medicamentos y evitar las amenazas de aranceles de hasta el 100% sobre fármacos innovadores importados.

La ofensiva de Trump, que intensificó la presión desde principios de 2025 al advertir sobre aranceles punitivos si no se aumentaba la manufactura nacional y se reducían los precios al consumidor, ha catalizado una reestructuración estratégica de las cadenas de suministro globales.

Millonarias Inversiones para Aumentar la Capacidad Interna

Gigantes farmacéuticos como Pfizer, MSD, AstraZeneca, Johnson & Johnson y Roche lideran el compromiso de inversión, buscando ajustarse a las políticas comerciales que priorizan la manufactura en suelo estadounidense.

Pfizer se destaca con una inversión adicional de $70.000 millones destinada a investigación y producción en el país. Este plan se concretó junto a un acuerdo con la administración que incluye la reducción de precios en el mercado interno.

Johnson & Johnson destinará $57.000 millones para la construcción de un centro tecnológico de vanguardia en Carolina del Norte.

Roche planea invertir $51.250 millones en nuevas plantas y la ampliación de instalaciones ya existentes en diversos estados.

AstraZeneca ha comprometido $50.000 millones hasta 2030, enfocándose en la producción de tratamientos para el control del peso y metabolismo.

La farmacéutica japonesa Takeda anunció un plan quinquenal de $30.000 millones para fortalecer sus operaciones de fabricación e Investigación y Desarrollo (I+D) en territorio estadounidense.

Este aluvión de capital subraya una clara tendencia en la industria global: la adaptación a las exigencias regulatorias y comerciales de Estados Unidos para blindarse ante posibles sanciones económicas y, simultáneamente, responder a la demanda de precios más bajos y mayor acceso a medicamentos para los ciudadanos.

Las farmacéuticas han enmarcado estas decisiones como movimientos estratégicos que fortalecen la capacidad productiva nacional.