Día Domingo, 28 de Diciembre de 2025
Las dos mayores economías del mundo han alcanzado un entendimiento inicial este 26 de octubre en Kuala Lumpur, Malasia, tras dos intensas jornadas de diálogo. El pacto, anunciado por el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el viceministro de Comercio chino, Li Chenggang, busca desactivar la creciente tensión comercial y congela la aplicación de nuevas tasas arancelarias.
Washington suspende un inminente arancel del 100% y reducirá sus gravámenes promedio del 145% al 30%. Pekín, por su parte, reanudará la compra de soja estadounidense y pospondrá un año las restricciones a la exportación de tierras raras.
El acuerdo se sustenta en tres ejes fundamentales. En primer lugar, Washington se compromete a suspender el inminente aumento del 100% en los aranceles que planeaba imponer a productos chinos a partir del 1 de noviembre. Como contrapartida, Pekín pospondrá durante un año la ampliación de sus controles a la exportación de tierras raras, minerales críticos para la industria tecnológica global. Finalmente, China reanudará las importaciones de soja estadounidense, un gesto clave para aliviar a los agricultores del medio oeste de EE.UU., muy afectados por la disputa.
Esta tregua comercial implica una desescalada arancelaria significativa. Estados Unidos reducirá sus gravámenes promedio sobre importaciones chinas del 145% al 30%, beneficiando a sectores clave como la electrónica de consumo, componentes de automoción, maquinaria y textiles. Por su parte, China bajará sus aranceles a bienes estadounidenses del 125% al 10%. Este ajuste facilitará la entrada de productos agrícolas de EE.UU., como maíz y carne de res, además de equipamiento aeroespacial, médico y energético.
Las conversaciones en Malasia, descritas por ambas partes como “sustanciales”, también abordaron asuntos tecnológicos sensibles. Se incluye un entendimiento sobre TikTok, cuya versión estadounidense quedará bajo el control de inversores norteamericanos, en línea con un decreto reciente de Donald Trump. Este pacto inicial sirve de antesala al posible encuentro entre Trump y el mandatario Xi Jinping, previsto para el 30 de octubre en Corea del Sur.
Sin embargo, el acuerdo no es vinculante de inmediato y debe superar procesos de aprobación interna en ambos países. En Estados Unidos, debe pasar una revisión jurídica de la Oficina del Representante de Comercio (USTR) para asegurar que cumple con las órdenes ejecutivas de Trump. Posteriormente, aunque no requiere una ratificación formal, será presentado para consulta a los comités clave del Congreso (Finanzas del Senado y Medios y Arbitrios de la Cámara) antes de la firma presidencial definitiva.
En China, el Ministerio de Comercio debe elevar el texto al Consejo de Estado para su validación, en coordinación con la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma. El Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular también revisará que las concesiones, especialmente sobre tierras raras, se ajusten a la legislación nacional. Ambas potencias esperan completar estos trámites internos antes de la cumbre presidencial entre Donald Trump y Xi Jinping del 30 de octubre en Corea del Sur, donde se busca anunciar la ratificación conjunta del acuerdo.
El pacto también establece una cláusula de revisión semestral para monitorizar el cumplimiento de los compromisos.










































