El desequilibrio comercial español se dispara un 58,7% en el primer semestre a pesar de que las exportaciones rozan cifras récord

Las ventas al exterior, aunque marcaron el segundo mejor registro de la serie histórica con 197.151 millones de euros y un ligero avance del 1%, no fueron suficientes para compensar el fuerte tirón de las compras internacionales. Las importaciones se elevaron un 5,4%, hasta un total de 222.263,6 millones de euros. Como consecuencia directa, la tasa de cobertura —el porcentaje de las importaciones que pueden pagarse con las exportaciones— se contrajo en 3,8 puntos, situándose en el 88,7%.

Al analizar la composición del déficit, se observa que el componente energético aportó 16.337 millones de euros al desequilibrio, un 4,2% más que en 2024. Sin embargo, el dato más alarmante proviene del déficit no energético, que se disparó hasta los 8.775,7 millones de euros, una cifra que multiplica por más de sesenta la registrada en el primer semestre del año previo.

Desde el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa se vincula esta evolución a un contexto internacional complejo, marcado por las tensiones comerciales y una disparidad en el comportamiento de los principales mercados socios. En este escenario, las exportaciones españolas hacia Estados Unidos sufrieron una contracción del 5,1%, totalizando 8.754,5 millones de euros. En el lado positivo, los mayores superávits comerciales para España se lograron con Francia (9.993 millones), Portugal (8.392 millones) y Reino Unido (7.617 millones), que se consolidan como destinos clave para los productos españoles.

Pese a los datos del primer semestre, el Gobierno mantiene una visión optimista para la segunda mitad del año. Según las previsiones macroeconómicas enviadas a Bruselas, se espera que el déficit inicie una senda descendente. El ejecutivo confía en que el crecimiento económico, la consolidación fiscal y la buena marcha del empleo impulsen una corrección. El objetivo es que el déficit público total cierre el ejercicio en el entorno del 2,5% del PIB, cumpliendo con los objetivos de estabilidad de la Unión Europea.

Fuentes del Ministerio han señalado que el impulso económico y la fuerte creación de empleo "permitirán seguir la senda de reducción de la ratio deuda/PIB y alcanzar una posición fiscal más robusta al cierre de 2025".