Del Martes, 16 de Septiembre de 2025 al Jueves, 18 de Septiembre de 2025
El primer ministro chino, Li Qiang, destacó el compromiso de China con la gobernanza global durante un diálogo en Beijing, subrayando la importancia de las organizaciones económicas internacionales y su papel crucial en el desarrollo económico mundial.
En un evento celebrado en Beijing bajo el lema “Crear consenso sobre el desarrollo para promover la prosperidad común global”, el primer ministro chino, Li Qiang, hizo un llamado a las económicas internacionales para que desempeñen un papel más significativo en la gobernanza global. Durante este encuentro denominado “1+10”, Li se reunió con líderes de diez importantes entidades económicas internacionales, incluyendo a Dilma Rousseff, presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo; Ajay Banga, presidente del Grupo del Banco Mundial; y Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional.
Li enfatizó que el crecimiento económico mundial enfrenta actualmente desafíos significativos debido a obstáculos en la globalización económica y el multilateralismo. En sus declaraciones, instó a todas las partes a centrarse más en el desarrollo conjunto y a crear un entorno pacífico y estable que favorezca este objetivo. Además, subrayó la necesidad de mejorar la gobernanza global y mantener estables las cadenas industriales y de suministro.
El primer ministro reafirmó que China es un firme defensor de la globalización económica y ha sido una fuerza impulsora clave para la economía mundial durante décadas. Destacó que “la lógica subyacente que respalda la perspectiva económica positiva de China permanece sin cambios”, lo cual ofrece una certeza valiosa al mundo.
Los líderes presentes reconocieron los logros económicos de China y expresaron su confianza en sus perspectivas futuras. Manifestaron su disposición a colaborar estrechamente con China para defender conjuntamente el multilateralismo, priorizar cuestiones de desarrollo y abordar desafíos globales como el cambio climático.
Esta reunión resalta no solo los esfuerzos continuos de China por integrarse más profundamente en los sistemas económicos mundiales, sino también su compromiso con una apertura económica sostenida que promueva tanto la paz como el desarrollo globales.