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Domingo, 14 de Diciembre de 2025

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El balance de expectativas mejora para el segundo trimestre de 2016

Presentación del Informe Economía Andaluza. Primer trimestre 2016 y estimación en tiempo real del segundo trimestre de 2016

Redacción Jueves, 19 de Mayo de 2016 Tiempo de lectura:

El Observatorio Económico de Andalucía, con la colaboración de la Fundación Cámara, ha presentado “Economía andaluza. Primer trimestre de 2016”, realizado con el apoyo técnico de la Universidad Pablo de Olavide.

[Img #18597]El indicador

 

El Índice de Confianza Empresarial  Armonizado  de  Andalucía,  elaborado  por  el  IECA  en colaboración  con  las  Cámaras de   Comercio   de   Andalucía, muestra  una  ligera  caída  desde que se iniciara el año.

 

También lo hace el balance de situación   (diferencias   entre valoraciones  positivas  y  negativas),  aunque  el  balance  de expectativas   mejora   para   el segundo trimestre de 2016.

 

Estimación del  crecimiento

 

En  el  primer  trimestre  de  2016  el  crecimiento  de  la  economía andaluza  fue  inferior  en  dos  décimas  al  estimado  para  el trimestre  anterior.  El  Indicador  Sintético  de Actividad  para Andalucía  del  Observatorio  Económico  de  Andalucía  (IOEA)  estima  para  dicho  trimestre  un  crecimiento  intertrimestral  del Producto Interior Bruto (PIB) andaluz del 0,7 %. Esta estimación es una décima inferior al indicador adelantado por el INE para el conjunto de España.

 

 

Con este dato, el crecimiento interanual andaluz estimado para el  primer  trimestre  fue  del  3,6  %,  dos  décimas  superior  al  crecimiento  del  PIB  español.  Un  crecimiento  relativamente  elevado,  gracias  al  buen  comportamiento  de  los  trimestres precedentes.

 

[Img #18599]Al  igual  que  en  trimestres  anteriores,  destaca  la  demanda  interna como principal factor del crecimiento, siendo significativa dentro de ella la aportación del consumo de las familias, mientras  que  la  inversión  creció  con  menor  intensidad.  Entre  los  factores  externos  destaca  de  nuevo  el efecto favorable de los precios energéticos, pues, a pesar de haber alcanzado el mínimo varios meses atrás, la caída del precio de crudo eleva la renta disponible de las familias, y por ello favorece el aumento del consumo en términos reales. Por último, el turismo sigue marcando registros muy positivos, aunque reduciendo su intensidad en relación con trimestres anteriores.

 

Por el lado de la demanda

 

A pesar de que la confianza de los consumidores alcanzó máximos a principios de año, debilitándose desde  entonces  y  adelantando  un  eventual  cambio  de  fase  cíclica,  durante  el  primer  trimestre  de 2016  el  crecimiento  del  consumo  de  las  familias  fue  semejante  al  de  los  trimestres  precedentes.  No se  puede  afirmar  lo  mismo  de  la  inversión,  para  la  cual  los  indicadores  muestran  un  cierto  debilitamiento.  Igualmente  sucedió  con  la  demanda  externa,  muy  condicionada  en  todo  caso  por  la  evolución de las importaciones de crudo y las exportaciones de refino.

 

Por tanto, la demanda interna es la que contribuye más intensamente al crecimiento y, con particular importancia,  el  consumo.  Algunos  de  sus  indicadores  lo  ponen  de  manifiesto,  como  el  consumo  al por menor, que marca registros muy positivos en el primer trimestre del año en curso (4,5 %), siendo relevante el aumento del consumo de bienes duraderos, ejemplificado en las matriculaciones de turismos, que siguen creciendo a buen ritmo (13,6 %). Las razones para la buena dinámica del consumo privado son tanto la mejora del empleo como de la mencionada confianza de las familias. Sin embargo,  se  observa  un  menor  crecimiento  del  crédito  a  largo  plazo,  tanto  a  familias  como  a  empresas,  a pesar  de  que  el  dato  del  último  mes  disponible  (marzo)  ha  sido  mejor  de  lo  esperado.  Esto  lleva  a suponer que probablemente se haya alcanzado un máximo en el crecimiento del consumo de bienes duraderos. 

 

Por  su  parte,  el  consumo  público  reduce  su  aportación  al  crecimiento  del  PIB  andaluz.  Un  año  después de las últimas elecciones regionales y municipales, el ciclo político provoca menores crecimientos  tanto  en  empleo  público  como  en  inversión.  Indicadores  como  los  afiliados  del  sector  público, con un crecimiento interanual del -15, 5 % de media en el primer trimestre, así lo confirman.

 

Como se ha señalado, la aportación de la inversión a la demanda interna se debilita, motivada por el menor aumento del crédito de los hogares y por un empeoramiento de las expectativas empresariales, entre otros factores. En particular, las transmisiones de propiedades inmobiliarias encadenan dos trimestres consecutivos de caída interanual (-1,7 % y -0,7 % para el cuarto trimestre de 2015 y primero de  2016  respectivamente),  mientras  que  la  constitución  de  nuevas  hipotecas  ha  reducido  a  la  mitad su crecimiento en los dos primeros meses del año. A esta moderación de la aportación de las actividades  inmobiliarias  también  contribuye  la  fuerte  caída  de  la  licitación  oficial  (-54,0  %).  No  obstante, debemos indicar que los visados de obra nueva, en especial edificación, han repuntado durante este trimestre, con tasas de crecimiento del 25,2 % respecto al cuarto trimestre de 2015.

 

Por  último,  y  ya  en  la  demanda  externa,  las  importaciones  muestran  una  intensa  caída  en  términos interanuales  (-12,7  %)  mientras  que  las  exportaciones  apenas  si  crecen  algunas  décimas  (0,5  %).  No obstante, en estas cifras incide de manera importante la caída del precio del crudo, quizás el más relevante a la hora de valorar las importaciones andaluzas y uno de los más importantes de las exportaciones, donde el peso del refino de petróleo es cada vez mayor. Descontado el efecto precio en ambas  partidas,  el  crecimiento  en  términos  reales  interanual  es  del  3,8  %  para  las  importaciones  y  del 6,7  %  para  las  exportaciones,  lo  que  supone,  a  diferencia  de  los  valores  en  términos  corrientes,  una aportación positiva del sector exterior al crecimiento regional.

 

Por último, y de nuevo un trimestre más, hay que destacar la aportación al crecimiento del sector turístico regional, con tasas de crecimiento elevadas para los primeros meses del año. Tanto las pernoctaciones  como  el  número  de  viajeros  o  el  transporte  aéreo  de  pasajeros  mantienen  un  crecimiento intenso, con cifras que oscilan en torno al 17 % interanual. La coyuntura económica en los principales países de origen de los turistas, la inestabilidad política de algunos de los destinos turísticos con los que Andalucía  compite,  la  calidad  y  competitividad  de  la  oferta  turística,  así  como  los  esfuerzos  por encontrar nuevos mercados y de reducir la estacionalidad del sector, explican la dinámica tan positiva del turismo en los últimos trimestres.

 

Por el lado de la oferta

 

Los servicios siguen explicando gran parte del crecimiento regional, tanto por su peso en la actividad económica  como  por  su  propia  evolución.  El  índice  de  actividad  de  los  servicios,  sigue  creciendo  a tasas  superiores  al  3  %,  aunque  en  este  trimestre  con  una  cierta  moderación  respecto  al  cuarto  trimestre de 2015, y ya se ha comentado la positiva evolución el sector turístico.

 

Por el contrario, los datos de industria no han sido positivos, ya que el Índice de Producción Industrial de Andalucía ha crecido  en  el  primer  trimestre  tan  solo  un  0,5  %,  pues,  aunque  la  producción  de  bienes  de  consumo muestra una dinámica positiva, su crecimiento ha sido el justo para compensar las caídas en el resto de la producción de otros tipos de bienes, con especial mención a los bienes energéticos, claramente  influido  por  la  evolución  de  sus  precios.    Esta  moderación  del  crecimiento  llega  aún  con  un  nivel de  producción  un    30  %  inferior  al  previo  a  la  crisis.  Por  último,  la  construcción  frena  claramente  su recuperación,  con  una  sensible  contracción  del  consumo  de  cemento  y  con  apenas  un  leve  crecimiento del empleo (1,4 % sectorial frente al 4,9 % para el conjunto de la economía andaluza).

 

Para el II trimestre de 2016  se espera menor crecimiento...

 

Durante  las  últimas  semanas, el  conjunto  de  indicadores  con  los  que  se  predice  la  coyuntura  de  la economía  andaluza  mostraron  una  tendencia  a  un  menor  crecimiento.  Sin  embargo,  los  datos  de empleo, tanto los de la Encuesta de Población Activa (4,9 %) como los de afiliación (1,9 %) han mejorado ligeramente las estimaciones para el segundo trimestre de 2016.

 

Aunque no se esperan cambios significativos hasta finales del segundo trimestre, por las razones argumentadas anteriormente, sí parece confirmarse que la evolución hacia un escenario de menor crecimiento económico va a ser muy gradual. Así, para el segundo trimestre de 2016 se espera un crecimiento ligeramente inferior al del primer trimestre, aunque con el redondeo se calcula en un valor similar, 0,7 % intertrimestral.

 

Previsiones del panel de expertos para 2016

 

[Img #18600]La  evolución  del  primer  trimestre  de  2016  y  los  datos  adelantados  para  el  segundo,  tanto  para  la economía andaluza como para su entorno, ponen de manifiesto que la desaceleración que se anunciaba  se  está  produciendo,  pero  con  una  intensidad  menor  de  la  prevista  a  comienzos  del  año.  No obstante,  la  incertidumbre  sigue  siendo  elevada,  por  lo  que  el  futuro  próximo  vendrá  determinado por la resultante de dos vectores de fuerzas con tendencias opuestas: por un lado, los efectos positivos sobre la economía andaluza de la inercia del crecimiento, protagonizado fundamentalmente por el consumo interno y externo y, en sentido opuesto, por la limitada inversión empresarial y por la indecisión de los gobiernos en poner en marcha políticas de oferta que mejoren la capacidad competitiva.

 

En el ámbito externo el crecimiento mundial se ha estabilizado, pero los riesgos son múltiples, desde los más profundos y de efectos desconocidos, como el elevado endeudamiento y la limitación  de la política monetaria para relanzar la economía, hasta los efectos de la desaceleración estructural de la economía china, el limitado crecimiento de las economías desarrolladas y la recesión en algunos de los países emergentes más destacados.

 

En este marco internacional las previsiones siguen apuntando a que España mantendrá un crecimiento diferencial respecto a la Zona Euro, aunque el incumplimiento de los objetivos de déficit obligará a ajustes  fiscales  y  la  situación  de  interinidad  política  y  de  inseguridad  de  los  resultados  electorales provocan el aplazamiento de decisiones económicas públicas y privadas que incidirán en los resultados económicos del año.

 

La  economía  andaluza  se  verá  afectada  por  los  condicionantes  externos  anteriormente  referidos, pero  la  dinámica  empleo/consumo  privado  seguirá  ejerciendo  el  papel  tractor  en  los  próximos  meses, y se intensificará el efecto positivo del turismo en los trimestres centrales del año con mayor intensidad que en años anteriores. Frente a ello, la debilidad de la inversión privada y las restricciones para el crecimiento del gasto público marcarán la tendencia a la desaceleración de la economía andaluza, de forma más significativa después del verano.

 

Por  todo  ello,  el  panel  de  expertos  del  Observatorio  Económico  de Andalucía  prevé  un  crecimiento para el año 2016 en una horquilla entre el 2,3 y el 3% del PIB, con un valor medio del 2,5%.

 

El informe incluye un indicador sintético que estima el crecimiento de la economía andaluza en el primer trimestre de 2016 y una estimación adelantada (“en tiempo real”) del segundo trimestre 2016, así como las previsiones para el conjunto del año

 

 

Evolución del PIB Per Cápita Comparado

 

[Img #18601]La crisis iniciada en 2008 puso fin a un patrón de crecimiento  basado  en  el  uso  del  crédito  y  en una  burbuja  que  alimentaba  especialmente  a sectores  poco  productivos,  como  los  vinculados con  la  construcción.  Además,  la  crisis  de  deuda, derivada de la primera crisis, y cuyos efectos más intensos llegaron dos años después, obligó a los países  de  la  Zona  Euro  a  ajustes  fiscales,  lo  que llevó a una segunda recesión. Ambas recesiones generaron  una  caída  del  PIB  per  cápita,  con máximos  de  divergencia  respecto  a  los  niveles previos  a  la  crisis  en  España  y  Andalucía  para  el segundo  trimestre  de  2013.  Desde  entonces  ni España  ni Andalucía,  ni  tampoco  la  UE,  han  sido capaces  de  recuperar  los  niveles  previos  a  la crisis.

 

En el gráfico se observan ambas recesiones y su efecto en las diferentes economías representadas.   Mientras   EE.UU.   alcanza   de nuevo  los  niveles  de  PIB  per  cápita  de  2008  a mediados   de   2012,   la   Zona   Euro   lo   hará probablemente  a  finales  de  este  año,  más  de cuatro   años   después   que   en   EE.UU.   Sin embargo,  España,  cuya  divergencia  con  Europa se produce a partir del control del gasto público, no  alcanzará  dicho  nivel  antes  de  mediados  de 2018.  Andalucía,  donde  el  peso  de  las  AAPP  es mayor,  lo  que  podría  explicar  la  divergencia  de 3-4  puntos  porcentuales  con  España,  tardará  al menos  un  año  más  en  recuperar  los  niveles  de PIB  per  cápita  previos  a  la  crisis,  en  el  supuesto de que se mantenga un nivel de crecimiento del 2,4 % par 2016 y 1,7 % para 2017 y 2018.

 

Resumen de Indicadores de Coyuntura

 

[Img #18602]

 

 

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