Turquía, en el top 10 de las exportaciones españolas

Turquía forma parte del top 10 de las exportaciones españolas, por encima de países como China o México, se encuentra a 3 horas de distancia de España, con vuelos directos desde Madrid, Barcelona, Málaga, Valencia y Bilbao (que procede de Santiago de Compostela), y comparte con España similitudes en cuanto a su cultura, siendo esta también mediterránea, y sin embargo es todavía un desconocido para muchas empresas españolas.

Turquía ha sufrido históricamente diversas crisis económicas, entre 2001 y 2002 una de las mayores, en aquella ocasión financiera, que originó la intervención de una docena de bancos y la desaparición de otros tantos, lo que supuso a la larga una profunda transformación del sistema y sus mecanismos de control de riesgo, lo cual llevó al país en años sucesivos a convertirse en uno de los países con mayor solidez financiera, respaldado por las inversiones de entidades como BNP Paribas, Citibank o el español BBVA (que en el 2014 ejecutó su derecho de compra de otro 15% del banco turco Garanti, hasta controlar casi el 40% de la entidad).

Esta transformación llevó también a que, a partir del 2004, el país comenzase a controlar otro de los males endémicos de su economía, la inflación, que pasó a cifras de un solo dígito a partir de ese año.

En este contexto económico el país ha sido capaz de crecer a tasas medias del 5% en los últimos 10 años, a la par que desarrollaba una clase media con un poder adquisitivo cada vez más cercano al de países de la UE. Según estadísticas del Ayuntamiento de Estambul, solo esta ciudad cuenta con alrededor de 5 millones de habitantes (equivalente a la población de Noruega) con un poder adquisitivo europeo o centro europeo, convirtiendo a la ciudad en un mercado muy atractivo por si misma.

El citado crecimiento, unido a una población joven que aumenta a tasas del 1,28% (el mayor de la OCDE), supone retos para el país en áreas como el medio ambiente en general y el tratamiento de residuos en particular, con una legislación trasladada de las directivas europeas (por ser Estado candidato a la entrada en la UE), pero con unas carencias en infraestructuras medioambientales que obligan al país a hacer grandes esfuerzos de inversión, esfuerzos que está acometiendo el Gobierno ayudado por la bonanza económica de los últimos años, todo lo cual supone una oportunidad para las empresas españolas con experiencia en el sector.

La economía de Turquía está muy diversificada, pero la carencia de recursos energéticos lastra considerablemente su balanza de pagos, lo que está fomentando la apuesta del Gobierno por las energías renovables, otra oportunidad que las empresas españolas con amplia experiencia en el sector no deben dejar escapar.

Además Turquía, heredera de un Imperio como el español (el Imperio Otomano), ha dejado poso en numerosos países en los que las empresas turcas tienen una importante influencia económica y comercial: países árabes, ex–repúblicas soviéticas, Norte de África, e incluso en países de Europa y la UE, como Bulgaria. Esto convierte al país en una fantástica puerta de entrada a otros mercados.

El país pertenece a todas las grandes instituciones internacionales, desde la OTAN hasta la OCDE, además de ser miembro candidato a la entrada en la UE y un aliado geoestratégico de las grandes potencias mundiales. Recientemente la Canciller alemana Angela Merkel visitó Estambul para entrevistarse con el Presidente Erdoğan y el Primer Ministro Davutoğlu, gesto que ha sido interpretado por los analistas políticos como un espaldarazo a la entrada de Turquía en la UE, a cambio de una mayor implicación del país en el control de los dos millones de sirios que Turquía tiene dentro de sus fronteras.

La situación que coyunturalmente está viviendo Turquía por la guerra en Siria (situación que sufre también la UE) y la incertidumbre anterior a las elecciones del 1 de noviembre, no empañan todo el esfuerzo que el país ha hecho en los últimos 10 años y las oportunidades que esta evolución supone para las empresas españolas, que deben buscar mercados alternativos a los naturales (UE y Latinoamérica) en aquellos tan cercanos geográficamente como los europeos (un vuelo Barcelona – Estambul dura 3 horas), y culturalmente como los hispanos (cultura mediterránea).

Es Turquía, sin duda, un mercado que las empresas españolas deberán tener en cuenta en los próximos años.

Javier Paredes, Director de Conexio Consulting en Estambu