Día Miércoles, 17 de Diciembre de 2025
La crisis ucraniana ha sucedido en un contexto de fuerte debilidad de la economía rusa.
En 2013, el crecimiento ruso cayó al 1,3% después de que el crecimiento medio del PIB entre el 2000 y el 2011 fuera de un 4,8%. La desaceleración que Rusia está experimentando no es muy diferente de la observada en otros BRICS. Varios de los principales países emergentes se han caracterizado recientemente por sufrir una marcada desaceleración en la inversión y, en una menor medida, en el consumo.
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Será difícil para las políticas fiscales y monetarias jugar un papel contra cíclico. En primer lugar, porque la política de tipos de interés se ve limitada por los anuncios de los cambios de política económica de la FED, lo que desestabiliza la mayoría de las monedas de los países emergentes. Pero particularmente porque la desaceleración proviene de deficiencias estructurales: infraestructuras problemáticas y principalmente en el caso de Rusia, un complicado clima empresarial.
Sobre el papel, desde un punto de vista financiero, Rusia se encuentra en una situación confortable que le podría permitir limitar el impacto negativo del shock externo creado por la crisis geopolítica, al menos por un cierto periodo de tiempo. Las reservas de divisas todavía son importantes, el superávit de la cuenta corriente se mantiene, e incluso podría aumentar en 2014, y la deuda pública es modesta. En resumen, frente a esta doble crisis estructural y geopolítica, ¿cómo puede reaccionar la economía rusa a medio y corto plazo?; ¿Cuáles son los principales riesgos económicos y financieros?; ¿Qué escenario podemos esperar para la reforma y el desarrollo?































