China activa aranceles de hasta el 42,7% al lácteo europeo y Bruselas tacha la medida de "injustificada"

China impuso aranceles provisionales que oscilan entre el 21,9% y el 42,7% a las importaciones de productos lácteos procedentes de la Unión Europea. La medida, vigente desde el martes, responde a supuestas subvenciones europeas que estarían causando un daño sustancial a la industria local, aunque Bruselas la considera una represalia sin base sólida vinculada a las tensiones por los vehículos eléctricos.

Escalada de tensión: la respuesta de la Comisión Europea

La reacción desde Bruselas no se ha hecho esperar ante lo que consideran un movimiento carente de rigor técnico. Un portavoz de Comercio de la Comisión Europea ha declarado contundentemente: "Nuestra evaluación indica que la investigación se basa en alegaciones cuestionables y pruebas insuficientes, por lo que las medidas son injustificadas e infundadas".

El organismo europeo ha confirmado que se encuentra examinando la determinación preliminar de las autoridades asiáticas y que proporcionará los comentarios pertinentes en breve. En esta misma línea, el portavoz Olof Gill reforzó la postura del bloque comunitario calificando las tasas como "injustificadas y no basadas en fundamentos sólidos", evidenciando la creciente fricción diplomática y comercial entre ambas potencias.

Argumentos de Pekín y alcance de las medidas

Por su parte, el Ministerio de Comercio de China sostiene que su investigación, iniciada en agosto de 2024 a petición de asociaciones locales, cumple estrictamente con su legislación y con las normativas de la OMC, actuando con "equidad, imparcialidad, apertura y transparencia".

Las autoridades chinas justifican los depósitos en garantía —forma en la que se aplican estos aranceles— alegando la existencia de subvenciones específicas en países miembros como Irlanda, Austria, Bélgica e Italia. Según Pekín, estas ayudas habrían distorsionado las importaciones durante el periodo 2023-2024, dañando su sector lácteo nacional.

Los productos afectados por estas nuevas barreras arancelarias incluyen:

• Quesos frescos y procesados.
• Quesos azules.
• Leche y nata.

A continuación, se detallan las cifras clave de esta nueva barrera comercial:

Impacto en la industria láctea española

El impacto para el tejido empresarial español es directo, aunque se sitúa en el rango menos agresivo de la horquilla impositiva. Compañías de referencia como CAPSA o Lácteos Industriales Agrupados deberán afrontar un arancel del 28,6%. España se sitúa, junto a Francia, Italia, Dinamarca y Países Bajos, en el grupo de los principales exportadores afectados.

La Federación Nacional de Industrias Lácteas (FENIL) ha expresado su sorpresa ante la decisión y ha lanzado una advertencia sobre los "efectos no deseados" que esta política podría desencadenar en el mercado interior europeo, que podría verse sometido a una mayor presión de oferta al cerrarse el canal exportador hacia el gigante asiático.

Contexto de guerra comercial

Analistas y autoridades europeas interpretan este movimiento no como un hecho aislado, sino como una represalia comercial directa. Estas tasas al lácteo suceden a los aranceles previos del 4,9% al 19,8% impuestos al cerdo europeo, configurando una estrategia de contraataque frente a los aranceles que la UE aplicó a los vehículos eléctricos chinos para proteger su industria automotriz.

Claves y preguntas frecuentes sobre los aranceles chinos al lácteo

¿Por qué ha impuesto China estos aranceles?
China alega que los productos lácteos europeos (quesos, leche y nata) reciben subvenciones estatales que causan un "daño sustancial" a su industria local, basándose en una investigación sobre importaciones de 2023 y 2024.

¿Cómo afecta esta medida a las empresas españolas?
Las exportadoras españolas, como CAPSA, enfrentan un arancel del 28,6%. Aunque es el tramo más bajo, la patronal FENIL advierte de presión en el mercado europeo por el excedente de producto no exportado.

¿Cuál es la postura de la Unión Europea?
La Comisión Europea califica las medidas de "injustificadas" e "infundadas", argumentando que las pruebas presentadas por China son insuficientes y cuestionables, y las vincula a una represalia por los aranceles a los coches eléctricos.