Chile blinda sus fronteras al porcino español: suspende importaciones

Chile ha decidido vetar la entrada de productos de origen porcino provenientes de toda España, una medida drástica que se mantendrá vigente hasta que las autoridades reconozcan oficialmente la regionalización de la enfermedad, es decir, la delimitación del virus exclusivamente a las zonas afectadas.

Esta decisión del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile representa un duro golpe para el sector cárnico español. La suspensión no es nueva, sino que amplía y endurece restricciones previas que ya afectaban a las tripas de porcino. Con la nueva directriz, el bloqueo se extiende ahora a la manteca de cerdo, carne refrigerada y carne congelada, cerrando el paso a productos clave de la canasta exportadora española.

El detonante de esta cascada de restricciones internacionales ha sido la pérdida del estatus de España como país libre de PPA ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), un sello de calidad que el país había mantenido ininterrumpidamente desde 1994.

Efecto dominó en el mercado internacional

La postura de Chile no es un caso aislado, sino que responde a un patrón de bloqueo de certificados sanitarios por parte de diversas potencias comerciales. El país andino se ha alineado con naciones como Corea del Sur, Brasil, México y Japón, que han congelado preventivamente las importaciones de carne, embutidos, grasa, vísceras y material genético porcino español.

Actualmente, el veto se extiende a cerca de 40 países fuera de la Unión Europea. No obstante, existe una excepción notable: China, el mayor consumidor mundial de carne de cerdo, ha aceptado parcialmente la regionalización, restringiendo únicamente los productos procedentes de la zona afectada en Cataluña y permitiendo el flujo comercial desde el resto de España.

Llamada a la calma

Desde Madrid, el Gobierno español ha desplegado una estrategia de contención diplomática para mitigar el impacto económico de estos cierres. El objetivo central es convencer a los socios comerciales de que acepten el principio de regionalización, limitando los vetos únicamente a las áreas geográficas donde se ha detectado el virus en la fauna salvaje.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha salido al paso de la crisis con un mensaje de prudencia, asegurando que el consumo de carne es seguro y que la prioridad es la gestión comercial. En sus últimas declaraciones, Planas ha subrayado que el objetivo prioritario del Ejecutivo es "reducir al máximo las consecuencias sobre el comercio exterior" y trabajar para recuperar la normalidad en los flujos de exportación mientras se gestiona la alerta sanitaria.