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Viernes, 05 de Diciembre de 2025

Actualizada Viernes, 05 de Diciembre de 2025 a las 19:04:12 horas

Carmen Terreros Andreu

Unidad territorial y un proyecto común que trascendió las fronteras

Fernando II de Aragón. El rey que imaginó España y la abrió a Europa

Carmen Terreros Andreu Miércoles, 03 de Junio de 2015 Tiempo de lectura:

Esta magnífica exposición que está a punto de ser clausurada en el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, se encuentra enmarcada dentro del proyecto “Corona de Aragón. Historia y Arte”, impulsado por el Gobierno de Aragón.

El motivo de este proyecto que arranca con esta exposición sobre Fernando II de Aragón, es poner en valor la historia del Reino Aragonés en primer lugar, y posteriormente de la Corona de Aragón, así como en el caso que nos ocupa, resaltar la figura del monarca.

 

 

[Img #13128]Fernando II vuelve a su casa, al Palacio de la Aljafería, a sus aposentos que junto con las piezas que se exponen, forman parte de un todo, contenido y continente. Los objetos seleccionados están en total sintonía con las estancias que los albergan, se muestran en la ciudad en la que vivió Fernando, en la tierra que le vio nacer. Asimismo este palacio es actualmente sede de las Cortes de Aragón y parece ser el lugar más idóneo para custodiar la muestra.

 

 

El título que soporta la exposición es ya muy esclarecedor porque incide en la voluntad de la exposición, en la intención de mostrar “El rey que imaginó España”, al indicar el interés que puso el monarca desde sus esponsales con Isabel de Castilla, pasando por el final del periodo de la Reconquista, con la toma de Granada, en perseguir un fin, la unidad territorial y lograr un concepto moderno de Estado. 

 

 

Fernando II fue uno de los monarcas con mayor repercusión en el panorama político de su época. Su reino se extendió por territorios nunca antes imaginados, como él mismo, consciente de su buen gobierno, lo dejó manifiesto en una misiva en 1914: “Ha más de setecientos años que nunca la corona de España estuvo tan acrecentada ni tan grande como ahora, así en Poniente como en Levante, y todo, después de Dios, por mi obra y mi trabajo”. No en vano ese reconocimiento de grandeza nacional le venía avalado al ser rey de Aragón, de Navarra, de Castilla, de León, de Granada y Toledo, de Galicia, de Sevilla, de Molina, de las Islas Canarias, de las Dos Sicilias, de Valencia, de Mallorca, de Murcia, de Jaén, del Algarve, de Córcega y Cerdeña. Fue conde de Barcelona, duque de Atenas y Neopatria, conde de Rosellón, y de Cerdeña, marqués de de Oristán, y de Gociano, ostentó el derecho al trono del Constantinopla, y consiguió gran poder político y económico con el reparto del Imperio de las Indias, junto al reino de Portugal, a raíz del Tratado de Tordesillas, suscrito en 1494.

 

 

Estos fueron los logros territoriales de la política de Fernando II de Aragón, reconocimiento que quedó plasmado de forma explícita en las paredes del Vaticano y de la mano de uno de los artistas más grandes, Rafael. La exposición recoge una recreación de la estancia del “incendio del Borgo”, encargo del papa Julio II en 1508, en la cual sólo cinco personajes de toda la historia del papado son dignos de ser retratados en estas estancias. Uno de ellos, Fernando II de Aragón, también llamado “el Católico”, por bula papal concedida el 19 de diciembre de 1496. Todo un reconocimiento de Fernando II como monarca universal.

 

 

 

 

 

Fernando II es un personaje fundamental en la concepción de nuestra historia moderna, una referencia para comprender la idiosincrasia de un pueblo que nace de la necesidad de una unidad territorial

 

 

 

 

 

 

Cualquier personaje histórico, requiere de una imagen que nos permita concretar en unos rasgos fisonómicos las gestas alcanzadas. Así, desde los antiguos egipcios, los héroes y dioses mesopotámicos, los emperadores romanos, todos ellos en sus retratos han materializado en la persona, sus hechos heroicos. No es por ello de extrañar que la exposición comience con una galería de retratos de los Reyes Católicos, especialmente de Fernando II. El retrato, de ordinario, ha sido un modo de representar el poder, el estatus que queda manifiesto en la porte que muestra. En este caso que nos ocupa, son todos retratos de medio busto, con un semi perfil que les otorga solemnidad, poder, y un rostro sereno, rígido, con mirada profunda y ausente, que representa la majestad del retratado.

 

 

Los atributos reales aparecen también representados en la exposición: joyas, cetro, corona y espada de ceremonias de los Reyes Católicos, elementos de ostentación del poder real. Todas las piezas aquí expuestas han sido minuciosamente seleccionadas: pinturas, esculturas, orfebrería, armas, textiles, tapices… más de 150 obras que sirven para entender mejor la figura del monarca moderno. Pero quizá sean los documentos escritos aquí presentados, por la envergadura histórica que sustentan, los que nos manifiestan mejor el carácter del personaje real. El Privilegio y Capitulaciones de Granada, supuso la conquista del último reducto del poder islámico en la Península Ibérica, por ello la consecución de la unidad territorial bajo la institución de la monarquía, representada en la figura de Fernando, o lo que es lo mismo,c de Isabel, porque ya se sabe, tanto monta… 

 

[Img #13111]

 

Otro documento de vital relevancia es la bula papal por la cual Alejandro VI, papa de origen español, concede el título de “Católicos ” a los Reyes, garantes y defensores durante todo su reinado de la fe católica. Cabría recordar que la Embajada de España en Roma es la misión diplomática permanente más antigua del mundo, cuyo origen se sitúa en 1475 por iniciativa de los Reyes Católicos.

 

 

Y finalmente, por destacar otro documento de vital trascendencia, significar el último testamento del monarca que fue suscrito el 22 de enero de 1516 en Madrigalejo, documento que recoge sus últimas voluntades y cuyo tenedor actual es la Fundación de la Casa de Alba.

 

 

La exposición está justificada de forma muy didáctica, sigue un discurso expuesto en cuatro temas: La conciencia de un linaje; El centro de una gran constelación; Un mundo interior de contrastes; y El reconocimiento de Fernando II de Aragón como monarca universal. Abundantes cuadros cronológicos, líneas del tiempo, elementos significativos, material audiovisual, recreaciones arquitectónicas y guías, ofrecen una visión completa de del contexto histórico, político, social y cultural, en el que se situó la figura del monarca aragonés, español, universal. Fernando II es un personaje fundamental en la concepción de nuestra historia moderna, una referencia para comprender la idiosincrasia de un pueblo que nace de la necesidad de una unidad territorial y un proyecto común que trasciende las fronteras.

 

 

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