Día Martes, 09 de Diciembre de 2025
Un 30% de sus ventas totales se realizan fuera de España
¿Se puede enfocar un proyecto de artesanía apostando exclusivamente por la venta on-line y la exportación global? Macarena Bilbao, una artesana residente en Tenerife, lo está demostrando vendiendo por todo el mundo a través de Internet cocinitas de juguete.
Empezó a vender sus cocinitas ‘vintage’ en 2012, y ya en ese año hizo su primer envío al extranjero, a Alemania. Ahora marca con un pin en un mapamundi los lugares a los que llega alguno de sus productos, que ella misma diseña, construye y después ensambla en cajas para poder enviarse cómodamente. Se montan fácilmente, y sus productos ya tienen un aura de exclusividad y diferencia respecto a lo que puede encontrarse en el mercado.
Hasta hoy, las cocinitas ‘vintage’ de Macarenabilbao.com ya han llegado a Alemania, Finlandia, Portugal, Francia, Reino Unido, República Checa, Australia, Suiza, Dinamarca, Indonesia (Bali), Italia, Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos (Chicago, Texas, Nueva York y Washington).
A través de la gestión personalizada de las redes sociales, Macarena Bilbao ha conseguido que ya un 30% de sus ventas totales se realicen fuera de España. El restante 70% se reparte entre Canarias y península. La estrategia comercial, además, pasa por vender directamente y sin intermediarios por Internet, con lo que sus productos no pueden encontrarse en ninguna tienda.
La historia de Macarena Bilbao es la de una emprendedora, informática de formación y con experiencia laboral en la banca, que decidió abandonar ese mundo para dedicarse a su pasión, la construcción de cocinitas y diversos muebles y productos pensados para aportar algo exclusivo, diferente y con un toque muy personal al mundo de los juguetes infantiles.
Desde su pequeño taller en Canarias, Macarena ultima los detalles de cada uno de sus encargos con extrema dedicación. Los tablones de pino alistonados son cortados, lijados y perfilados para luego pintarlos cuidadosamente en los colores seleccionados por sus compradores. Después de ser pintada, cada cocinita se protege con una última capa de cera de abeja. Una vez terminada, se monta y se enseña cómo ha quedado, por eso el tiempo de fabricación suele ser de unos 7 días. Y es que cada pieza es única.
Su fabricación, además, es ecológica. Cada cocina está hecha de madera con sello FSC (Forest Stewardship Council) procedente de bosques controlados.






























