Día Jueves, 09 de Octubre de 2025
El Gobierno alemán ha inyectado una dosis de optimismo en el panorama económico nacional al revisar al alza sus expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para los próximos dos años. Tras dos ejercicios consecutivos de recesión, la locomotora europea espera una modesta, pero sostenida, recuperación.
La ministra de Economía y Energía, Katherina Reiche, anunció que la nueva proyección sitúa el crecimiento del PIB en 0,2% para 2025, mejorando la previsión anterior de estancamiento. La aceleración se consolidaría en 2026 con una expansión del 1,3%, superando el 1,0% proyectado previamente, y continuaría en 2027 con un 1,4%.
A diferencia de su histórico modelo económico, la reactivación no dependerá de las exportaciones, que incluso se espera que caigan un 0,1% en 2025. El impulso vendrá de la mano del consumo privado y las inversiones. La estabilidad de precios, los aumentos salariales y las medidas de alivio fiscal están fortaleciendo la capacidad adquisitiva de los hogares.
Simultáneamente, las inversiones ejercerán un estímulo crucial. Esto incluye el gasto público en infraestructura y defensa, así como la inversión privada, fomentada por un nuevo enfoque gubernamental.
Llamada a Reformas Estructurales
Pese a la mejora de los datos, la ministra Reiche advirtió que la solidez de la recuperación está sujeta a la celeridad en la implementación de proyectos y el gasto estatal. En un claro llamado a la acción, enfatizó la urgencia de abordar reformas estructurales largamente aplazadas.
"Para lograr crecimiento a largo plazo tenemos que hacer reformas que han venido siendo aplazadas, reducir los costos de la energía, fomentar las inversiones privadas, hacer frente al problema de una carga fiscal muy alta en comparación con otros países y reducir la burocracia", declaró Reiche.
La ministra también destacó la necesidad de abrir nuevos mercados y promover la innovación sectorial, al tiempo que alertó sobre los riesgos geopolíticos y la incertidumbre en la política comercial internacional, señalando específicamente las tensiones con Estados Unidos.
El Plan del Canciller Merz
El nuevo Ejecutivo, liderado por el canciller Friedrich Merz, se ha fijado como objetivo central la reactivación económica mediante reformas fiscales, un mayor gasto en defensa e inversiones récord. Merz ha sido enfático al señalar que, si bien Alemania enfrenta retos significativos por la inestabilidad global, solo una economía orientada al crecimiento podrá garantizar los recursos necesarios para infraestructuras, solidaridad y seguridad social a largo plazo.
En el mercado laboral, se proyecta una moderada reducción del desempleo, pasando del 6,3% en 2025 al 6,0% en 2027, con la inflación manteniéndose bajo control, alrededor del 2%.
En resumen, Alemania busca dejar atrás su etapa de contracción apoyándose en el estímulo interno y un impulso reformista, si bien la vigilancia sobre los persistentes riesgos externos se mantendrá constante.