Día Lunes, 20 de Octubre de 2025
La Comisión Europea ha presentado una propuesta para eliminar los aranceles sobre una serie de bienes industriales importados de Estados Unidos, una medida estratégica para acelerar la reducción de las cargas impositivas estadounidenses sobre la industria automotriz europea.
Este movimiento busca consolidar un acuerdo comercial bilateral alcanzado a finales de julio, con el objetivo de evitar una escalada en la tensión económica entre las dos mayores potencias comerciales del mundo.
La propuesta establece que la UE elimine sus aranceles sobre productos industriales de origen estadounidense a cambio de que Washington reduzca los suyos sobre los automóviles europeos. En concreto, la Casa Blanca se ha comprometido a bajar del 27,5% al 15% los aranceles a los vehículos europeos, una medida que, según los cálculos de Bruselas, podría suponer un ahorro de más de 500 millones de euros para los fabricantes europeos en tan solo un mes. La intención de la UE es que esta reducción se aplique de manera retroactiva desde el 1 de agosto de 2025 para maximizar su impacto positivo.
Este acuerdo ha sido calificado como "asimétrico" por analistas del sector, ya que la UE se compromete a reducir sus aranceles en sectores clave para EE.UU., como el agrícola y pesquero, así como en productos farmacéuticos y semiconductores. Fuentes cercanas a la negociación han revelado que Bruselas "ha cedido a la exigencia de la Casa Blanca de rebajar aranceles a productos agrarios y pesqueros estadounidenses para garantizar la reducción de recargos a la industria de automoción europea".
La industria automotriz es un sector estratégico para la economía comunitaria, especialmente para países como Alemania, que en 2024 exportó cerca de 35.000 millones de dólares en coches y componentes a EE.UU. Por ello, la Comisión Europea, bajo el liderazgo de su presidenta Ursula von der Leyen, ha enfatizado la necesidad de esta medida para proteger la estabilidad empresarial y evitar una guerra comercial que sería perjudicial para ambas partes.
Este pacto, que todavía debe ser ratificado por el Parlamento Europeo y los Estados miembros, se interpreta como un intento de estabilizar la relación económica con Estados Unidos, especialmente en un contexto de tensiones políticas previas
A pesar de los avances, la propuesta también ha dejado fuera de las reducciones arancelarias a algunos sectores sensibles, como el del vino y licores. El comisario europeo Maros Sefcovic, en negociaciones anteriores, lamentó esta exclusión, aunque dejó una puerta abierta al futuro: "Desafortunadamente, no pudimos incluir este sector en las reducciones... estas puertas no están cerradas para siempre".
Además, se han mantenido los aranceles del 50% sobre productos como el acero, el aluminio y el cobre, a la vez que se han incluido exenciones específicas para otros, como aviones, productos farmacéuticos genéricos y corcho. La Comisión Europea busca agilizar la aprobación de esta propuesta con la esperanza de que entre en vigor a la brevedad posible y fortalezca los lazos económicos transatlánticos.