Del Martes, 14 de Octubre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
Un pacto sin precedentes busca, a decir de las partes, estabilidad y crecimiento, con una reducción arancelaria que impulsará industrias clave a ambos lados del Atlántico.
En un movimiento que ha captado la atención del mundo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, revelaron el pasado 27 de julio de 2025 un acuerdo comercial que, según ambas partes, tiene el potencial de redefinir la dinámica económica global. Este pacto, alcanzado tras meses de negociaciones intensas, es un paso decisivo para restaurar la estabilidad y la previsibilidad en la relación bilateral más importante del mundo, una alianza que ha sido el pilar del comercio y la inversión global durante décadas.
La asociación transatlántica no es solo una arteria vital del comercio mundial, sino también la base de una profunda y global relación de inversión. Las cifras lo demuestran con contundencia: en la última década, el comercio de bienes y servicios entre la UE y EE. UU. se ha duplicado, superando los 1,6 billones de euros en 2024, con 867.000 millones de euros en comercio de bienes y 817.000 millones de euros en servicios. Este volumen masivo de intercambio se traduce en más de 4,2 billones de euros en bienes y servicios que cruzan el Atlántico cada día, lo que subraya la interdependencia económica entre las dos potencias. En el ámbito de la inversión, las empresas de la UE y EE. UU. han invertido mutuamente 5,3 billones de euros en 2022, lo que demuestra la confianza y el compromiso a largo plazo de sus respectivas economías.
Compromisos clave que marcan un nuevo rumbo
El acuerdo político no vinculante, que sienta las bases para futuros tratados, se articula en torno a una serie de compromisos mutuos que buscan beneficiar a ciudadanos y empresas por igual. Uno de los puntos más destacados es el establecimiento de un arancel máximo único y global del 15% para los productos de la UE exportados a EE. UU., efectivo a partir del 1 de agosto. Este tipo arancelario máximo representa un tope que incluye los aranceles de nación más favorecida (NMF) de EE. UU., que en el pasado se sumaban a otras tarifas adicionales, creando un alivio arancelario significativo para la gran mayoría de las exportaciones europeas.
Este límite del 15% es particularmente relevante para sectores como el del automóvil y sus piezas, que actualmente están sujetos a aranceles de hasta un 25% más un arancel NMF adicional del 2,5%. La reducción inmediata a un máximo del 15% proporcionará un alivio crucial para esta industria. Además, el acuerdo establece que este tope arancelario también se aplicará a cualquier posible arancel futuro sobre productos estratégicos como productos farmacéuticos y semiconductores, incluyendo los basados en la controvertida Sección 232, lo que brinda certidumbre y protege a estas industrias de futuros gravámenes.
La asociación transatlántica no es solo una arteria vital del comercio mundial, sino también la base de una profunda y global relación de inversión
Alivio para sectores estratégicos y la lucha contra la competencia desleal
El pacto también contempla un tratamiento especial para ciertos productos estratégicos. A partir del 1 de agosto de 2025, los aranceles estadounidenses sobre aeronaves y sus piezas, ciertos productos químicos, medicamentos genéricos y recursos naturales de la UE vuelven a los niveles anteriores a enero. Este cambio supone un alivio inmediato para industrias europeas clave, y ambas partes han acordado seguir trabajando para ampliar esta lista.
En un frente común contra la competencia desleal, la UE y EE. UU. han decidido unir fuerzas para proteger sus respectivas industrias del acero, el aluminio y el cobre del exceso de capacidad global. Como parte de esta colaboración, se establecerán contingentes arancelarios para las exportaciones europeas a niveles históricos, reduciendo los aranceles actuales de hasta un 50% y garantizando una competencia mundial justa.
Apertura de mercados y un compromiso de futuro
El acuerdo busca liberalizar determinados intercambios comerciales de interés mutuo. Se estima que los importadores y consumidores de la UE se ahorrarán alrededor de 5.000 millones de euros anuales en derechos de aduana. Como parte de esta flexibilización, la UE eliminará los aranceles residuales de bajo nivel sobre los productos industriales procedentes de EE. UU.
La apertura de mercado también se extiende a sectores específicos. Se ha acordado un mejor acceso al mercado de la UE para cantidades limitadas de productos pesqueros estadounidenses, como el abadejo de Alaska, el salmón del Pacífico y el camarón, todos ellos sujetos a contingentes arancelarios, lo que beneficia a la industria transformadora europea. Además, productos agrícolas no sensibles de EE. UU. valorados en 7.500 millones de euros, como el aceite de soja, semillas, cereales, frutos secos, y alimentos procesados como el ketchup, el cacao y las galletas, también obtendrán un mejor acceso al mercado europeo, lo que reducirá los costes para agricultores y procesadores europeos, sin comprometer los sectores agrícolas sensibles de la UE.
El pacto también aborda la reducción de barreras no arancelarias, promoviendo la cooperación en áreas como las normas para automóviles, medidas sanitarias y fitosanitarias (SPS), y facilitando el reconocimiento mutuo de las evaluaciones de conformidad en otros sectores industriales.
Seguridad económica, energía e inversión
El acuerdo va más allá del simple comercio de bienes. La UE y EE. UU. se comprometen a reforzar la cooperación en materia de seguridad económica para mejorar la resiliencia de la cadena de suministro y abordar políticas y prácticas no basadas en el mercado. La colaboración en el control de las inversiones y las exportaciones también será reforzada.
En el ámbito energético, la UE ha manifestado su intención de adquirir gas natural licuado, petróleo y productos de energía nuclear de EE. UU. por un valor de 750.000 millones de dólares (aproximadamente 700.000 millones de euros) durante los próximos tres años, una medida clave para sustituir los suministros rusos. La UE también tiene previsto adquirir chips de inteligencia artificial por valor de 40.000 millones de euros para mantener su ventaja tecnológica.
El acuerdo busca promover y facilitar las inversiones mutuas. Las empresas de la UE han expresado su interés en invertir al menos 600.000 millones de dólares (aproximadamente 550.000 millones de euros) en diversos sectores de EE. UU. de aquí a 2029, lo que se sumaría a la ya considerable inversión existente de 2,4 billones de euros.
Aunque el acuerdo político del 27 de julio de 2025 no es jurídicamente vinculante y se encuentra en su primera etapa, representa un beneficio tangible para los intereses económicos de la UE al garantizar unas relaciones comerciales y de inversión estables y predecibles. Respetando plenamente la soberanía reguladora de la UE, el pacto protege sectores sensibles como la carne de vacuno y las aves de corral. En las próximas semanas y meses, ambas partes continuarán negociando para implementar plenamente este acuerdo que promete marcar una nueva era en las relaciones transatlánticas.