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Comercio Transatlántico

Bruselas se planta: la soberanía digital europea frena la firma del pacto comercial con Washington

Redacción Empresa Exterior Domingo, 17 de Agosto de 2025 Tiempo de lectura:

La formalización del acuerdo comercial alcanzado el pasado mes entre la Unión Europea y Estados Unidos se encuentra en punto muerto. El principal escollo radica en la firme defensa por parte de Bruselas de su marco normativo digital, que Washington considera una "barrera no arancelaria" y pretende flexibilizar. Esta divergencia de posturas ha impedido, por ahora, la publicación de la declaración conjunta que debía sellar el pacto.

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El acuerdo anunciado en julio por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump, que desactivó la amenaza de una guerra comercial a gran escala mediante la aplicación de un arancel del 15% a la mayoría de productos europeos, afronta ahora un obstáculo de naturaleza regulatoria. Washington busca que el texto del acuerdo deje la puerta abierta a futuras concesiones sobre la estricta legislación digital europea, como la Ley de Servicios Digitales (DSA).

 

Desde la perspectiva estadounidense, estas normativas no solo imponen costes adicionales a sus grandes empresas tecnológicas, sino que también limitan la libertad de expresión. Sin embargo, para la Unión Europea, ceder en este ámbito es innegociable. Así lo ha confirmado la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Teresa Ribera, quien ha sido tajante en sus declaraciones: "Vamos a defender nuestra soberanía. Defenderemos la forma en que aplicamos nuestras normas, defenderemos un mercado que funcione bien y no permitiremos que nadie nos diga lo que tenemos que hacer".

 

La tensión ha escalado con las advertencias del presidente Donald Trump. En una carta dirigida a Von der Leyen, el mandatario estadounidense señaló que el arancel pactado podría ser insuficiente. "Tenga en cuenta que el 30% es mucho menor de lo necesario para eliminar la disparidad del déficit comercial que tenemos con la UE", advirtió, para después añadir una vía de escape para las empresas europeas: "Como sabe, no se aplicará ningún arancel si la Unión Europea, o empresas de la UE, deciden fabricar productos en Estados Unidos".

 

Frente a esta presión, la Comisión Europea ha calificado la flexibilización de sus normas digitales y tecnológicas como una "línea roja" infranqueable en el marco de cualquier negociación comercial. A pesar de la parálisis actual, la presidenta Ursula von der Leyen ha insistido en el "compromiso del bloque con el diálogo, la estabilidad y una asociación transatlántica constructiva". Subrayó que la UE "prioriza una solución negociada", pero al mismo tiempo está "preparada para responder con contramedidas" si fuera necesario.

 

Por tanto, la firma de la declaración conjunta permanece aplazada. La UE defiende con firmeza sus regulaciones, como la DSA y la Ley de Mercados Digitales (DMA), concebidas para controlar el poder de las grandes tecnológicas y proteger al consumidor. Mientras Estados Unidos siga percibiendo estas leyes como un impedimento para sus compañías, la búsqueda de una fórmula de consenso que no sacrifique la soberanía digital europea mantendrá el acuerdo en suspenso.

 

 

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