Día Lunes, 08 de Septiembre de 2025
La Comisión Europea, bajo la dirección de Ursula von der Leyen, ha revelado su ambiciosa propuesta de presupuesto plurianual para el periodo 2028-2034, ascendiendo a un histórico monto de dos billones de euros. Este plan marca un hito al prever una disminución notable en los fondos destinados a la agricultura y un considerable aumento en la partida de Defensa, respondiendo así a las nuevas realidades geopolíticas y sociales surgidas tras la pandemia y el conflicto en Ucrania. No obstante, la propuesta ha generado ya una fuerte controversia y descontento, especialmente en el sector agrícola de diversos Estados miembro.
El nuevo marco financiero de la Unión Europea busca centralizar la administración de los fondos a través de los gobiernos nacionales, con el objetivo de simplificar los canales de distribución y fusionar diversas partidas, como las correspondientes a la política agrícola y los fondos de cohesión. A pesar de la descripción de Von der Leyen como un plan "estratégico, más flexible y más transparente", la iniciativa ha provocado una marcada división entre los Estados miembro y un profundo malestar en el sector primario, particularmente en países con una fuerte dependencia agrícola como España.
El presupuesto contempla recortes que superan el 20% en la Política Agrícola Común (PAC), una de las partidas de mayor envergadura para las naciones con sectores agrícolas potentes. A pesar del crecimiento del volumen total del presupuesto, la proporción asignada a la agricultura y la cohesión disminuye en comparación con ejercicios anteriores, liberando así recursos que serán redirigidos hacia la Defensa, la seguridad y la transición ecológica.
En concreto, la UE planea destinar aproximadamente 590.000 millones de euros al área de competitividad, que abarca la política de Defensa, lo que representa un incremento quíntuple en la inversión militar respecto al marco anterior, relegando a la PAC y la pesca a un rol secundario. Según el investigador Víctor Burguete del CIDOB, "el problema que tiene el presupuesto europeo es que está diseñado con un modelo de los años 70 u 80. Ahora tenemos unas necesidades geopolíticas distintas, entre ellas la competitividad, la transición ecológica o la innovación digital".
Esta reestructuración presupuestaria ha suscitado severas críticas por parte del sector agrícola europeo. Pedro Barato, presidente de Asaja y vicepresidente del COPA-COGECA, ha expresado su profunda preocupación: "La presidenta Von der Leyen ha decidido dejar al campo fuera del proyecto europeo. Convertir la PAC en un apéndice presupuestario es desarmar a la UE en uno de sus pilares: el de alimentarse a sí misma". Barato añadió que "una vez más, se demuestra que Europa quiere quitarle dinero al campo para hacer otras políticas. Estamos de acuerdo en que hay que armarse y defenderse, pero no puede ser a costa de los agricultores y de su presupuesto".
Las protestas y la presión política de los sindicatos agrarios ya se hacen sentir en Bruselas, donde el campo ha lanzado una clara advertencia: "Europa no puede fortalecerse con el estómago vacío".
El Gobierno español, en línea con las organizaciones agrarias, demanda la protección de la PAC y que al menos un 50% del presupuesto se destine a la transición verde, frente al 30% actual. Por su parte, la patronal europea de la pesca ha manifestado su "profunda preocupación" ante la posibilidad de quedar al margen de los nuevos criterios de financiación.
El proceso de debate y negociación apenas comienza. El Parlamento Europeo y los 27 Gobiernos de los Estados miembro deberán ahora deliberar sobre esta propuesta con el desafío de alcanzar un equilibrio complejo entre seguridad, sostenibilidad e igualdad territorial. Si bien las cifras definitivas y los porcentajes detallados por cada gran partida aún no se han hecho públicos, la Comisión Europea y los medios oficiales han adelantado algunos datos clave:
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El Fondo principal (para cohesión, agricultura y otras políticas emblemáticas) se cifra en 865.000 millones de euros, incluyendo programas tradicionales como los fondos de Cohesión y las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC).
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La PAC (Política Agrícola Común) recibirá 302.000 millones de euros, lo que supone una reducción significativa respecto a marcos anteriores, representando ahora aproximadamente el 15% del presupuesto total (frente al 31% previo).
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Para Defensa y seguridad se prevén 131.000 millones de euros, lo que implica un incremento muy relevante, ya que quintuplica los fondos en comparación con el marco anterior.
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Se destinan 100.000 millones de euros para el Apoyo a Ucrania hasta 2034.
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En el ámbito de Competitividad, digitalización e innovación, Bruselas asigna cerca de 590.000 millones de euros, aunque el porcentaje preciso para el conjunto de digitalización e innovación aún no se ha especificado.
El mayor incremento presupuestario se registra en el área de Defensa, mientras que los mayores recortes se aplican a la agricultura y la cohesión.
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