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Crisis Transatlántica: La Escalada Arancelaria de Trump

Estados Unidos impone un arancel del 30% a la Unión Europea, desatando una guerra comercial con repercusiones globales

Redacción Empresa Exterior Sábado, 12 de Julio de 2025 Tiempo de lectura:

Donald Trump materializa su amenaza comercial contra la Unión Europea al anunciar un gravamen del 30% sobre todas las importaciones europeas a partir del 1 de agosto. Esta decisión unilateral, comunicada a través de una misiva a Ursula von der Leyen y difundida en Truth Social, marca un punto de inflexión en las ya tensas relaciones económicas entre Washington y Bruselas, augurando una etapa de incertidumbre y posibles represalias que impactarán directamente en la economía global y, en particular, en sectores clave de España.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha confirmado la imposición de un arancel del 30% a todas las importaciones procedentes de la Unión Europea (UE), con entrada en vigor prevista para el 1 de agosto de 2025. La medida, que se aplicará "independientemente de todos los aranceles sectoriales ya existentes", ha sido el cumplimiento de las advertencias previas del mandatario en el marco de las negociaciones comerciales con Bruselas. Trump ha dejado claro que cualquier contramedida por parte de la UE será respondida con un incremento adicional sobre el gravamen ya establecido. No obstante, ha ofrecido una vía para la reversión de la decisión si las empresas europeas optan por manufacturar sus productos en Estados Unidos.

Las declaraciones de los principales actores no se han hecho esperar. Donald Trump afirmó: "A partir del 1 de agosto de 2025, cobraremos a la Unión Europea un arancel de solo el 30% sobre los productos de la UE enviados a Estados Unidos, independiente de todos los aranceles sectoriales". Además, advirtió: "Nuestra relación ha estado, lamentablemente, lejos de ser recíproca. Si por alguna razón usted (Von der Leyen) decide aumentar sus aranceles y tomar represalias, entonces, sea cual sea el número que elijan para gravarnos, se añadirá al 30% que nosotros cobramos".

Por su parte, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, expresó su preocupación: "Un arancel del 30% sobre las exportaciones de la UE perjudicaría a las empresas, los consumidores y los pacientes de ambas orillas del Atlántico. Continuaremos trabajando para llegar a un acuerdo antes del 1 de agosto". Pese a ello, enfatizó la disposición de la UE a "salvaguardar los intereses de la UE mediante contramedidas proporcionadas". El presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamamiento a la unidad europea: "Con unidad europea es más importante que nunca que la Comisión exprese la decisión de la Unión de defender los intereses europeos con determinación".

Bruselas ha reaccionado de inmediato, convocando una reunión de urgencia de los embajadores de los 27 países miembros para analizar la situación y coordinar una respuesta unificada. Las posibles contramedidas europeas podrían alcanzar los 21.000 millones de euros y estarían listas para implementarse el 24 de julio si no se alcanza un acuerdo antes de la fecha límite. Sectores como el automovilístico y el farmacéutico en Europa se perfilan como los más afectados por esta nueva imposición arancelaria.

Desde la Comisión Europea, Von der Leyen ha lamentado la medida, destacando que el anuncio de "aranceles universales en todo el mundo, incluida la UE, supone un duro golpe para la economía mundial". Ha alertado sobre las "inmensas consecuencias" y el "auge de un mayor proteccionismo" que resultaría en "consecuencias nefastas para millones de personas en todo el mundo", incluyendo un aumento de precios para los consumidores y una afectación directa a todas las empresas. A pesar de la gravedad de la situación, la UE mantiene su disposición a la negociación, ofreciendo un escenario de "aranceles cero por cero para los bienes industriales", a la vez que se prepara para "proteger nuestros intereses y nuestras empresas si fracasan las negociaciones".

 

Repercusiones para ESpaña

 

Para España, la imposición de este arancel del 30% se traduce en un impacto significativo en su economía, especialmente en los sectores exportadores. Aunque las exportaciones españolas a EE.UU. se mantuvieron estables en los primeros meses de 2025, la nueva tarifa podría reducir drásticamente este volumen. Los sectores más afectados serían el agroalimentario (con productos como el aceite de oliva, el vino y el jamón serrano), el industrial y el farmacéutico. El vino español, por ejemplo, podría ver triplicado su gravamen, perdiendo competitividad y ventas en un mercado clave.

A nivel macroeconómico, si bien la exposición directa de España al mercado estadounidense es limitada (aproximadamente el 1,2% del PIB español), el arancel del 30% generaría efectos negativos. Se estima que con un arancel del 10%, la pérdida directa para el PIB español rondaría el 0,1%. Con el actual gravamen del 30%, el impacto sería aún mayor, aunque la cifra exacta dependerá de la capacidad de las empresas para redirigir sus exportaciones. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) y cooperativas ya reportan cancelaciones de pedidos y dificultades para renegociar contratos. Además, las empresas españolas enfrentarían mayores costes logísticos y administrativos, afectando sus márgenes de beneficio. Los efectos indirectos también son preocupantes, ya que España participa en cadenas de valor europeas, y la caída de exportaciones de otros países de la UE a EE.UU. impactaría en el valor añadido español. En última instancia, la incertidumbre comercial y el encarecimiento de productos podrían generar presiones inflacionarias y dificultar la recuperación económica. El Gobierno español ha reiterado su apoyo a la postura de la UE, defendiendo un "acuerdo justo" y no descartando la adopción de "contramedidas proporcionadas".

 

 

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