Día Lunes, 08 de Septiembre de 2025
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado la presión sobre España con una contundente amenaza: imponer el doble de aranceles a las exportaciones españolas. La advertencia llega como respuesta directa a la negativa del presidente Pedro Sánchez de elevar el presupuesto de defensa al 5% del PIB, la nueva meta exigida por la OTAN, y sitúa a ambos países al borde de un grave conflicto comercial.
La cumbre de la OTAN en La Haya ha concluido con un choque frontal entre Estados Unidos y España. Donald Trump no ha dudado en señalar directamente al Gobierno español por su postura en materia de gasto militar, calificando su decisión de "terrible". España se ha comprometido a alcanzar un 2,1% del PIB en inversión de defensa, una cifra que se queda muy lejos del 5% que ahora reclama la Alianza y que ha desatado la ira del mandatario estadounidense.
"Es terrible lo que ha hecho España. El único país que quiere quedarse en el 2%. Es terrible", afirmó Trump en la rueda de prensa posterior a la cumbre. El presidente de EE.UU. vinculó de inmediato esta cuestión a las relaciones comerciales. "Estamos negociando un acuerdo comercial con España y les haremos pagar el doble. Lo digo en serio. Quieren un trato gratis, pero tendrán que pagárnoslo con el comercio", sentenció.
La amenaza fue explícita y directa, insistiendo en que si España no asume el nuevo compromiso de gasto, "nos lo devolverán en aranceles porque no voy a dejar que eso ocurra". Trump incluso personalizó la negociación, saltándose los canales habituales: "Voy a negociar directamente con España. Lo haré yo mismo. Van a pagar. Pagarán más dinero de esta manera. Deberías decirles que vuelvan y paguen", espetó a los periodistas presentes.
La defensa de la soberanía española por parte de Sánchez
Frente a la embestida de Trump, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió con firmeza la posición de España. Al término de la cumbre, confirmó que el país invertirá un 2,1% de su PIB en defensa, una cifra que, según él, "es suficiente y compatible con nuestro modelo social".
Sánchez justificó su negativa a escalar hasta el 5% al considerarlo "desproporcionado e innecesario", argumentando que supondría un "despilfarro de miles de millones de euros" sin una mejora sustancial de la seguridad nacional. El presidente español aseguró que el acuerdo alcanzado con la OTAN "satisface a todas las partes" y, lo que es más importante, "se respeta la soberanía de nuestro país". Para Sánchez, la conclusión es clara: "España siempre es la solución, nunca es el problema".
Aunque la postura española ha generado críticas entre algunos socios, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha admitido la flexibilidad del acuerdo, que permite a España seguir su propia hoja de ruta en inversión. Sin embargo, este matiz no ha calmado a Trump, quien insiste en su particular visión de la política arancelaria, obviando que, en última instancia, el sobrecoste recae sobre los consumidores de su propio país.
Expertos en comercio internacional apuntan a una debilidad clave en la amenaza de Trump: Estados Unidos no podría, en principio, imponer aranceles de forma unilateral y diferenciada a España. La política comercial es una competencia exclusiva de la Unión Europea, que negocia los acuerdos en bloque para sus 27 miembros. Sería altamente improbable que Bruselas aceptara un trato discriminatorio hacia uno de sus socios, lo que abre un nuevo frente de tensión no solo con España, sino con el conjunto de la UE.
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