Día Jueves, 23 de Octubre de 2025
Expertos internacionales reunidos por Fundación Naturgy y el Real Instituto Elcano han debatido sobre las implicaciones geopolíticas de la transición energética, destacando la necesidad de una política industrial europea unificada y la importancia de la diversificación para alcanzar la autonomía energética.
La jornada ‘Sendas geopolíticas de la transición energética: Políticas industriales y comerciales en China, UE y EE.UU.’, organizada por Fundación Naturgy y el Real Instituto Elcano (RIE), ha servido de foro para analizar cómo la Unión Europea puede alinear sus políticas industriales y comerciales con una descarbonización competitiva en un entorno de crecientes tensiones geopolíticas y acelerada transformación tecnológica.
Nicolás González Casares, eurodiputado y miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía (ITRE) del Parlamento Europeo, subrayó la imperiosa necesidad de reducir y eliminar la dependencia energética de Rusia. No obstante, enfatizó que "las medidas que se adopten deben estar basadas en el análisis del impacto de esta decisión y consensuada entre todos los países de la Unión Europea". González Casares destacó la estabilidad regulatoria de la UE como un valor diferencial en el volátil panorama geopolítico actual.
El eurodiputado resaltó los avances de la UE en la reducción de esta dependencia. "En 2022, la UE importaba el 40% del gas de Rusia; hoy en día es menos del 19 o 18%, debido a la mayor penetración de energías renovables, la transición, la eficiencia energética, pero también por la diversificación y el trabajo de la Unión Europea para ser menos dependiente de Rusia", explicó.
González Casares también hizo hincapié en el papel crucial del biometano en la transición energética para proteger la competitividad de la industria europea frente a grandes productores como China, ya que "la descarbonización de la UE pasa por la electrificación, pero no todo es electrificable". En su intervención, el eurodiputado abogó por que la transición energética sea "justa" e inclusiva, buscando la aceptación pública y prestando especial atención a los ciudadanos más vulnerables.
Tras la intervención de González Casares, se celebró un debate moderado por Gonzalo Escribano, director del Programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano. En este encuentro, expertos de la talla de Samantha Gross (Brookings Institution), Pedro Linares (Universidad Pontificia Comillas ICAI-IIT) y Jiayi Zhou (SIPRI) analizaron las implicaciones del liderazgo chino en tecnologías clave, la evolución de la política industrial estadounidense y las oportunidades de cooperación transatlántica.
Los expertos internacionales han debatido sobre las implicaciones del liderazgo
chino en tecnologías clave, la evolución de la política industrial estadounidense y las
oportunidades de cooperación transatlántica, con el fin de identificar impulsores, barreras e
implicaciones estratégicas para la Unión Europea
Samantha Gross expresó su preocupación por la polarización política en Estados Unidos y sus repercusiones en la transición energética. Señaló que "hay distintas maneras de abordar la transición energética. Si lo quieres hacer rápido con un coste mínimo, utilizas muchos productos chinos. Me preocupa tener que sopesar lo barato o lo inmediato y que se creen unas cadenas de valor nuevas, que constarán más y demorarán seguramente más el proceso de transición energética".
Jiayi Zhou destacó la visión estratégica a largo plazo de China en los sectores que apoya, lo que ha impulsado un crecimiento significativo en su PIB. "La visión china en cuanto a los factores de crecimiento va a seguir alineada con la que ha tenido hasta ahora, de tal manera que aumente progresivamente el PIB chino en estos sectores", afirmó, enfatizando que la producción china va más allá de la mera fabricación, abarcando una integración vertical de las cadenas de suministro.
Desde una perspectiva europea, Pedro Linares afirmó que "no veo que la transición energética se vea amenazada. Es más probablemente una cuestión del ritmo. Sí creo que necesitamos una política industrial porque la manera en la que vemos en Europa la transición es que ya estamos cumpliendo en muchos aspectos. Pero no estamos cumpliendo en mostrar los beneficios de la transición para la ciudadanía". Linares también sugirió que la fragmentación del mundo podría ofrecer ventajas a la UE, siempre y cuando Europa se mantenga unida. Sobre el Pacto Industrial Limpio, lo calificó como una "buena idea" aunque con el riesgo de "quedarse corto", especialmente en lo referente a la financiación.
Samantha Gross, refiriéndose a Estados Unidos, comentó que "cambiarán las administraciones, pero las empresas seguirán haciendo lo que creen que es mejor para el futuro y, en este sentido, considero que Europa está mejor posicionada de lo que está EEUU". Criticó las políticas que buscan "excluir productos de otros países", advirtiendo que "esto no va a salirnos bien. Estamos aislándonos de nuestros socios comerciales".
En el debate también se abordó el futuro del hidrógeno. Tanto Linares como Gross compartieron una visión pesimista sobre su potencial, señalando que "se reduce su peso en la transición energética" y que su consumo probablemente será "regional".
En la apertura de la jornada, Charles Powell, director del Real Instituto Elcano, identificó los cuatro principales retos de la UE: Rusia como una amenaza existencial; EE.UU. y la amenaza de Trump, que exige una política arancelaria defensiva; China, protegiendo la competitividad industrial; y la relación con el Sur global, liderando la reforma del orden liberal internacional.
Finalmente, María Eugenia Coronado, directora general de Fundación Naturgy, enfatizó la importancia de este tipo de jornadas para ampliar la perspectiva de análisis en un "momento geopolítico especialmente complejo", con tensiones crecientes en un sector en plena transformación tecnológica.