Día Viernes, 12 de Septiembre de 2025
El Club de Exportadores e Inversores ha levantado su voz de alarma ante los potenciales efectos negativos de la nueva Directiva de la Unión Europea sobre Diligencia Debida en materia de Sostenibilidad.
En un contexto internacional cada vez más exigente en materia de sostenibilidad y derechos humanos, la Unión Europea ha impulsado una directiva que busca garantizar el cumplimiento de estos estándares en las cadenas de valor de las empresas. Sin embargo, la implementación de esta normativa ha generado preocupación en el Club de Exportadores e Inversores, quienes consideran que podría tener un impacto contraproducente en la competitividad de las empresas españolas con actividad internacional.
El presidente del Club de Exportadores, Antonio Bonet, ha manifestado que "el Club reitera su compromiso con la sostenibilidad y con el respeto a los derechos humanos, pero consideramos imprescindible que las normativas sean equilibradas y no generen desventajas estructurales para las empresas europeas en el mercado global".
En el informe publicado por el Club de Exportadores, se detallan los posibles efectos negativos de la directiva. En primer lugar, se señala el aumento de costes que supondrá para las empresas la implementación de procedimientos de diligencia debida en toda su cadena de suministro. Esta exigencia implica una inversión significativa en recursos humanos y tecnológicos, lo que podría afectar especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
El Club apoya la propuesta francesa de suspender la Directiva de manera indefinida y emplaza a reforzar el diálogo entre la Administración y las empresas internacionalizadas para garantizar que la regulación europea no obstaculice su desarrollo y competitividad
Además, la directiva establece un régimen de sanciones elevadas y responsabilidades civiles en caso de incumplimiento, lo que genera una mayor presión sobre las empresas y aumenta el riesgo de incurrir en costes adicionales.
Otro aspecto preocupante es la desventaja competitiva que podría generar para las empresas europeas en comparación con sus competidores de terceros países, como Estados Unidos, Japón o China, que no están sujetos a las mismas obligaciones. Esto podría limitar la capacidad de las empresas europeas para competir en igualdad de condiciones en el mercado global.
Asimismo, se ha advertido sobre el riesgo de posibles represalias comerciales por parte de países afectados por las restricciones impuestas por la directiva. Estas medidas podrían afectar negativamente las exportaciones e inversiones de las empresas europeas en dichos países.
El Club de Exportadores también ha alertado sobre los posibles efectos negativos en los países en desarrollo, ya que muchas empresas europeas podrían dejar de aprovisionarse en economías emergentes debido a las exigencias de la directiva, lo que afectaría su crecimiento económico y social.
Finalmente, se ha expresado preocupación por la posible distorsión del Mercado Único, ya que la falta de homogeneidad en la transposición de la directiva entre los Estados miembros podría generar desequilibrios y afectar la competitividad dentro de la propia Unión Europea.
Ante esta situación, el Club de Exportadores e Inversores ha defendido la necesidad de una revisión de la directiva para evitar cargas económicas y burocráticas desproporcionadas que limiten la competitividad de las empresas europeas.
La organización empresarial también ha manifestado su apoyo a la propuesta del gobierno francés de suspender la aplicación de la directiva y ha solicitado a las autoridades españolas que respalden esta iniciativa. Asimismo, ha propuesto reforzar el diálogo entre la Administración y las empresas internacionalizadas para garantizar que la regulación europea no obstaculice su desarrollo y competitividad.