Del Lunes, 29 de Septiembre de 2025 al Jueves, 02 de Octubre de 2025
La economía española muestra un sólido crecimiento en el tercer trimestre de 2024, con un incremento del 0,8% trimestral y un avance del 3,4% interanual, superando las previsiones anteriores, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este desempeño destaca en un contexto internacional complicado, marcado por el conflicto en Oriente Medio, las tensiones políticas en Estados Unidos y el estancamiento económico en Europa, especialmente en Alemania. La demanda interna ha sido clave para este crecimiento, con un aumento del consumo de los hogares y la inversión en construcción.
El empleo ha crecido un 1,9% interanual, lo que ha permitido la creación de casi 375,000 nuevos puestos de trabajo, mientras que la productividad ha aumentado un 1,4% en este trimestre, consolidando su mejora en los últimos dos trimestres. En este sentido, la Cámara de España estima que el PIB español crecerá un 3% para finales de 2024, superando la previsión anterior de un 2,4%, y que se mantendrá en torno al 2% en 2025, aunque con un alto grado de incertidumbre. La demanda externa también ha contribuido positivamente en el crecimiento de la economía, impulsada por un aumento en las exportaciones del 5,1% interanual
Destaca el crecimiento interanual de las exportaciones, acelerándose hasta el 5,1%, 2,5 puntos porcentuales más de los registrados en el segundo trimestre
Desde la Cámara de España, se enfatiza que "en un contexto internacional tan complicado, sería necesario aprovechar la fortaleza que viene demostrando la economía española para acometer las reformas estructurales que se necesitan". Entre las recomendaciones para consolidar esta recuperación, destacan la reducción de cotizaciones sociales y la simplificación del impuesto de sociedades para fortalecer el sistema de economía social de mercado y mejorar la competitividad empresarial.
Sin embargo, el endeudamiento público sigue en aumento. Según la Cámara, sería necesario abordar este problema a través de una contención del gasto público en lugar de medidas fiscales que podrían desincentivar las inversiones en sectores estratégicos como el energético y financiero.