Del Martes, 23 de Septiembre de 2025 al Viernes, 26 de Septiembre de 2025
El mercado del gas en Europa enfrenta una crisis energética sin precedentes debido a la escalada de tensiones geopolíticas, marcada por el conflicto en Oriente Próximo y el fin de las autorizaciones para el gasoducto ucraniano.
Así lo advierte Diego Mateos, director general de GESE, quien señala que la intervención de Irán en el conflicto regional y la reducción de exportaciones de gas ruso son factores clave que amenazan con desestabilizar el suministro y disparar los precios del gas.
"La participación de Irán en el conflicto podría tener graves consecuencias para el suministro global de gas, especialmente en el GNL", afirmó Mateos. Además, destacó la importancia del Estrecho de Ormuz, por donde transita el 25% del GNL mundial, como un punto crítico para las exportaciones de gas, especialmente desde Catar, uno de los mayores exportadores del mundo.
A la ya limitada producción de gas en Irán, que sufre el impacto de las sanciones internacionales, se suma la creciente competencia por el GNL en los mercados globales, lo que presionará los precios en Europa y Asia. La dependencia de Europa del GNL ha aumentado significativamente desde la reducción de las exportaciones de gas ruso tras la invasión a Ucrania en 2022. "Cualquier interrupción en el suministro desde Oriente Próximo, combinada con la creciente competencia con Asia, podría provocar un aumento considerable de los precios del gas, especialmente en invierno", advirtió el experto.
Diego Mateos advierte sobre los retos a los que se enfrenta Europa durante el invierno, cuando la demanda de calefacción y electricidad alcanza su punto máximo
Otro factor crucial es la decisión de no renovar las autorizaciones del gasoducto ucraniano, una de las principales rutas para el gas ruso hacia Europa. Esto obligará a los países europeos a depender aún más del GNL importado, especialmente desde Estados Unidos. "Esta decisión hará que Europa pague más por el gas debido a los mayores costes de transporte y almacenamiento del GNL en comparación con el gas por tubería", explicó Mateos.
A pesar de la crisis, Mateos subraya que este escenario podría impulsar a Europa a acelerar su transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables. "Esta crisis energética podría ser el catalizador que Europa necesita para fortalecer su seguridad energética y acelerar el desarrollo de infraestructuras renovables", concluyó.
Asimismo, destacó el papel emergente de Estados Unidos como el mayor exportador mundial de GNL, superando a Catar y Australia tras la crisis energética de 2022. "El GNL estadounidense se ha convertido en una herramienta de influencia geopolítica, reforzando la relación transatlántica y permitiendo a Washington ejercer presión sobre sus rivales", señaló Mateos.
El futuro del mercado del gas seguirá siendo incierto y volátil, impulsado por la demanda global y las tensiones geopolíticas. Europa deberá estar preparada para enfrentar un entorno energético cada vez más impredecible, concluyó el experto.