Día Domingo, 26 de Octubre de 2025
Los minerales críticos, esenciales para la tecnología moderna y la transición energética, plantean un dilema para los responsables de políticas. Equilibrar la seguridad del suministro, los costos asequibles y la sostenibilidad ambiental es clave para evitar fragmentaciones geopolíticas y garantizar un futuro más equitativo y seguro.
En el siglo XXI, los minerales críticos se han convertido en el nuevo pilar de la economía internacional, superando a los combustibles fósiles que dominaron la era del "big oil". La demanda de estos minerales, como el litio, el cobalto, el cobre, el grafito, el níquel y las tierras raras, es crucial para la transición hacia energías renovables y la digitalización de la economía. Sin embargo, los responsables de políticas enfrentan un complejo "trilema" al intentar equilibrar tres prioridades fundamentales: la seguridad del suministro, la asequibilidad de los recursos y la sostenibilidad ambiental.
La seguridad implica garantizar un suministro confiable de estos minerales y la autonomía estratégica de los países. El costo se refiere a la accesibilidad y equidad en el acceso a estos recursos, mientras que la sostenibilidad promueve una extracción y uso que no comprometan el medio ambiente ni las comunidades locales. Encontrar un equilibrio entre estas prioridades es esencial, especialmente en un contexto donde la competencia geopolítica podría fragmentar los esfuerzos internacionales.
La transición hacia energías renovables presenta una solución para las preocupaciones de seguridad y sostenibilidad, pero conlleva un alto costo en el corto plazo. Las cadenas de suministro de minerales críticos son complejas y menos maduras que las de los combustibles fósiles, y existe una gran incertidumbre sobre las cantidades necesarias para alcanzar los objetivos de carbono neto cero.
Según estimaciones recientes de la Agencia Internacional de Energía, la demanda de minerales críticos se cuadruplicará para 2040
El impacto ambiental de la extracción de estos minerales también pone en duda la viabilidad de la transición energética. Vlado Vivoda, del Rabdan Academy, advierte que “simplemente no hay suficientes [minerales críticos] disponibles si queremos producir bajo los estándares ambientales y sociales más altos”.
La competencia entre países por el acceso a estos minerales ha llevado a la promulgación de cientos de políticas nacionales en los últimos tres años, muchas de las cuales no son de carácter multilateral. Esto podría fomentar la fragmentación geopolítica, especialmente en un escenario de competencia estratégica entre grandes potencias como Estados Unidos y China.
Para evitar un escenario en el que bloques políticos rivales exploten recursos escasos y pasen por alto los costos ambientales, es crucial priorizar la cooperación internacional. Según Stephen Scalet, de Trends Research & Advisory, la colaboración internacional para identificar minerales críticos y sus cadenas de suministro es el primer paso hacia un marco global que promueva la sostenibilidad y la equidad.
Cualquier estrategia verdaderamente internacional debe colocar los intereses de los países en desarrollo en el centro de la discusión. Estos países, que poseen una parte significativa de los minerales críticos, corren el riesgo de que sus prioridades sean eclipsadas por las necesidades estratégicas y económicas del mundo desarrollado. Sophia Kalantzakos, profesora de la Universidad de Nueva York en Abu Dhabi, subraya la importancia de implementar estándares ESG para proteger los ecosistemas frágiles y los medios de vida de las poblaciones locales.
La actual ventana de oportunidad para los responsables de políticas es fundamental para sentar las bases de un marco internacional que permita construir un futuro más sostenible, equitativo y seguro. Solo a través de la cooperación global será posible equilibrar las prioridades de seguridad, costo y sostenibilidad en la era de los "big shovels".










































