Del Lunes, 29 de Septiembre de 2025 al Jueves, 02 de Octubre de 2025
El sector del transporte de mercancías por carretera en España y Portugal experimentó un crecimiento del 8,6% en 2022, con una facturación total de 20.150 millones de euros, según el Observatorio Sectorial DBK de Informa.
Sin embargo, se espera que este crecimiento se modere en 2023, con una estimación del 4% hasta alcanzar los 21.000 millones de euros.
Aumento de tarifas y demanda moderada
El aumento de la facturación en 2022 se debe principalmente al alza de las tarifas para compensar el encarecimiento de los combustibles, mientras que la demanda se mantuvo moderada en un contexto de incertidumbre económica. El transporte nacional sigue siendo la principal actividad, con una participación del 78% en España, mientras que en Portugal los servicios internacionales superan el 50% del volumen de negocio.
Inversiones en tecnología y expansión
Las empresas del sector están invirtiendo en mejoras tecnológicas para sus vehículos, centros logísticos y de almacenaje, así como en la ampliación de sus rutas de transporte. Estas inversiones se consideran esenciales para mantener la competitividad en un mercado cada vez más globalizado.
Los desafíos para el futuro incluyen la desaceleración económica, la inflación y la volatilidad del combustible
Atomización del sector
El sector del transporte de mercancías por carretera se caracteriza por su atomización, con alrededor de 117.600 empresas en la Península Ibérica en 2022. Más del 40% de las empresas españolas se encuentran en Cataluña, Andalucía y Madrid, mientras que en Portugal las regiones Centro y Norte concentran el 60% del tejido empresarial.
Concentración moderada
A pesar de la fragmentación del sector, se observa una tendencia hacia la concentración de la oferta. Los cinco primeros grupos del mercado ibérico reunieron en 2022 una cuota del 15%, mientras que los diez primeros alcanzaron el 22%.
Desafíos para el futuro
El sector del transporte de mercancías por carretera se enfrenta a un futuro incierto, marcado por la desaceleración económica, la inflación y la volatilidad de los precios del combustible. La inversión en tecnología, la eficiencia operativa y la diversificación de servicios serán claves para afrontar estos desafíos y mantener el crecimiento en los próximos años.