Del Lunes, 10 de Noviembre de 2025 al Jueves, 13 de Noviembre de 2025
El nuevo presidente argentino da un giro a la posición de su antecesor y deja como único obstáculo para desatascar la firma final a Francia, que teme la entrada de carne sudamericana.
El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, ha dado un giro a la posición que tenía su antecesor, Alberto Fernández, con respecto al acuerdo UE-Mercosur. El economista quiere impulsar cuanto antes el pacto, que lleva negociándose 20 años y que cuenta con una cara y una cruz para España.
Por un lado, los consumidores españoles tendrían azúcar y carne más baratas, pero por otro, algunos agricultores, aquellos que producen para el mercado europeo, afrontarían otro reto en un ciclo marcado por la sequía y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania.
El acuerdo, que implica la eliminación de aranceles para el 99% de las importaciones agrícolas del Mercosur, podría alumbrar una de las mayores zonas de libre comercio del planeta, con un mercado de 800 millones de personas
La posición de Milei despeja las reticencias mostradas por la Argentina de Fernández, y deja aparentemente como único obstáculo para desatascar la firma final a Francia. Los motivos son eminentemente agrícolas, el sector ganadero francés sabe perfectamente lo que se juega por el importante incremento de las importaciones de vacuno que fectarían seriamente al equilibrio de los productores de su mercado.
El acuerdo permitiría que la UE importar carne de vacuno, cerdo, pollo y ovino de Mercosur sin aranceles. Esto supondría una competencia directa para los productores europeos, que ya se enfrentan a una subida de los costes de producción por la inflación y la guerra en Ucrania.
En el caso de España, las exportaciones agroalimentarias y pesqueras a los países que integran Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) supusieron el 0,6% del total de exportaciones de nuestro país a todo el mundo, mientras que las importaciones a este grupo representaron el 10,7% del total de nuestras importaciones.
Ante el pacto, entiende que solo resultan como damnificados aquellos agricultores que producen en nuestro país y tienen como clientes al mercado europeo, ya que entrará producto más competitivo.








































