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Lunes, 27 de Octubre de 2025

Actualizada Lunes, 27 de Octubre de 2025 a las 17:05:24 horas

Simplificar el entorno regulativo es clave para el éxito del ecosistema de startups europeo

Mattia Gamberoni

Las empresas europeas están invirtiendo una enorme cantidad de tiempo y, sobre todo, de dinero en construir su propia infraestructura para cumplir con la normativa, y la ausencia de directrices claras puede dar lugar a interpretaciones poco útiles.

Han pasado doce meses desde que el presidente Macron anunció que quería ver "10 empresas tecnológicas por valor de 100.000 millones de euros en Europa para 2030”. Este objetivo es el último de una serie de anuncios de los responsables políticos europeos, que exponen sus ambiciones para el futuro de la tecnología europea, en medio de la aparición de un ecosistema de startups cada vez más sofisticado y exitoso.

 

Un año después, la trayectoria de crecimiento de Europa ha empezado a ralentizarse. En 2021, la financiación batió récords de forma constante y Europa mostró una tasa de crecimiento acelerado de unicornios del 400% en 2020, frente al 124% de Estados Unidos. Pero en la actualidad, las startups europeas se enfrentan a un clima económico más desafiante, y muchas tienen que tomar decisiones difíciles sobre qué priorizar.

 

European Tech Voices, un nuevo estudio llevado a cabo entre los clientes de Stripe -casi doscientas de las empresas de más rápido crecimiento de Europa- refleja la complejidad del futuro de la tecnología europea. Los resultados muestran que sólo el 20% de estas empresas cree que Europa será el líder tecnológico mundial en los próximos cinco años, y menos de la mitad dice ser optimista sobre las oportunidades de crecimiento a corto plazo.

 

A priori, se podría pensar que esto está relacionado con el panorama macroeconómico. Pero si profundizamos un poco más, veremos que el entorno normativo es uno de los principales factores que lleva a las empresas emergentes a ser más reticentes.

 

En primer lugar, para las pequeñas empresas que empiezan, sin la ventaja de contar con grandes departamentos jurídicos, financieros y de operaciones, comprender los aspectos esenciales de la normativa y su aplicación puede resultar abrumador. Este es el caso, sobre todo, cuando las normas están diseñadas para empresas más grandes, a las que resulta más fácil aplicar la normativa, que tienen más recursos y que las startups sospechan que están más arriba en la lista de prioridades de los responsables políticos.

 

Las empresas europeas están invirtiendo una enorme cantidad de tiempo y, sobre todo, de dinero en construir su propia infraestructura para cumplir con la normativa, y la ausencia de directrices claras puede dar lugar a interpretaciones poco útiles. Recursos cada vez más valiosos, que podrían dedicarse a la creación de grandes productos, acaban destinándose a sufragar los gastos legales.

 

La magnitud de esta "fricción" normativa (procedimientos largos y complejos) representa una amenaza muy real para el potencial crecimiento de las empresas emergentes y, a la luz de las circunstancias recientes, incluso para su supervivencia. Más de la mitad afirma que el mayor problema es el tiempo que dedican a cumplir con los procesos normativos, y una de cada tres afirma que se planteó lanzar su negocio en otro lugar por este motivo.

 

Los responsables políticos de Europa deberían fomentar que todas las interacciones con la administración se realicen de forma digital, a menos que sea absolutamente imprescindible una reunión en persona. Del mismo modo, para ayudar a las empresas en fase inicial a aplicar la nueva legislación de la UE en los distintos Estados miembros, los responsables políticos deberían mejorar la accesibilidad de las iniciativas existentes diseñadas para ayudar.

 

La activación y simplificación de las "ventanillas únicas" europeas, por ejemplo, ayudarían a explicar a las empresas qué trámites necesitan hacer o qué requisitos necesitan cumplir, y así reducir el tiempo que dedican a las cuestiones reglamentarias. Los responsables políticos también podrían introducir un nuevo test de “puesta en marcha y ampliación” (similar a la actual SME test) que evalúe los costes y beneficios de las nuevas políticas específicas para las empresas de Internet y que valore sus beneficios tras su aplicación.

 

La segunda cuestión que identifica nuestra investigación es potencialmente más compleja. La cuestión de cómo diseñar marcos normativos que aceleren la innovación tecnológica requiere una atención urgente, sobre todo de cara al futuro.

 

Como empresa tecnológica con profundas raíces en Europa, hemos visto de primera mano cómo una política reguladora inteligente puede impulsar la innovación. Cuando funciona bien, la regulación sirve de infraestructura para que las empresas puedan avanzar fácilmente.

 

Por ejemplo, la PSD2. Un plan a escala de la UE destinado a regular los pagos proporcionó un marco claro y específico para el sector que ayudó a establecer las normas para la industria. Hay una razón por la que muchas de las principales empresas de tecnología financiera del mundo son europeas, y las empresas con las que hablamos destacaron el papel positivo que la PSD2 ha desempeñado en este sentido.

 

Ahora tenemos que asegurarnos de que este enfoque se considere la norma, no la excepción. Aunque sabemos que los responsables políticos quieren utilizar la regulación para fomentar la innovación, las empresas europeas de Internet que más crecen nos dicen que todavía no ven el impacto de esto. La sospecha de que no entienden las realidades a las que se enfrentan las startups está bastante arraigada.

 

Por lo tanto, parte de la solución pasa por un mayor compromiso entre las startups y los responsables políticos europeos. Partiendo de los esfuerzos que ya están en marcha, como la Start Up Village de la UE, las startups deben ser consultadas regularmente para garantizar que sus preocupaciones se reflejen en cualquier nueva legislación, y ayudar a desplegar su ingenio. La comprensión de cómo replicar marcos como la PSD2 requerirá una colaboración particularmente estrecha para identificar los sectores prioritarios, y qué políticas están mejor equipadas para apoyarlos.

 

No faltan las iniciativas diseñadas para abordar las áreas de fricción para las startups, desde Scale Up Europe, pasando por la Startup Nation Standard, hasta los esfuerzos emprendidos por la Comisión Europea en torno al desarrollo de una Nueva Agenda Europea de Innovación. Ahora hay que centrarse en una ejecución implacable que dé resultados a las startups europeas, especialmente a medida que el entorno económico empeora.

 

Aunar los esfuerzos existentes mencionados debería ser una prioridad para los responsables políticos. Para ayudar a su ejecución, podrían designar una figura que actúe como contacto central (por ejemplo, un Comisario para el emprendimiento digital) que se encargue de los obstáculos legislativos y trabaje con los Estados miembros para garantizar el cumplimiento de sus compromisos.

 

Si lo hacemos bien colectivamente, Europa saldrá de este difícil periodo más fuerte que nunca. El ecosistema tecnológico europeo aún tiene mucho que ofrecer. Las startups con las que hemos hablado señalan como aspectos positivos la impresionante cantidad de talento, la riqueza de las mejores universidades y las ventajas geográficas naturales. Si se combina todo esto con un entorno reglamentario más favorable, más eficiente y menos rígido, resulta difícil ignorar los argumentos a favor de la tecnología europea.

 

Mattia Gamberoni,

responsable de Stripe para España y Portugal

 

 

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