Día Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
Con motivo del vigésimo aniversario de Empresa Exterior, seguimos analizando lo que han dado de sí estas dos décadas de siglo XXI para el sector exterior de nuestro país, invitando para ello a expertos de distintos sectores. Entrevistamos a David Uclés Aguilera, economista de Grupo cooperativo Cajamar.
El sector exterior español ha tenido una evolución muy positiva en lo que llevamos de siglo XXI, con un incremento sostenido de las exportaciones (con la excepción de las dos crisis) y una cada vez mayor contribución al PIB de España. Desde el punto de vista de Cajamar, ¿cuáles han sido las claves y protagonistas que nos han llevado hasta estos buenos datos?
David Uclés: “Lo primero, efectivamente, lo que has contado. Solo durante dos años hemos tenido reducción de las exportaciones. Uno fue con la gran crisis financiera internacional y otro fue durante la época del covid en el año 2020. El resto de años todos hemos estado con tasas de crecimiento positivas. De hecho, el peso de las exportaciones sobre el PIB ha pasado del 19,2% al 26,3% en el último año.
Esto habría que plantearlo dentro de un entorno bastante interesante, probablemente la época de la historia en que mayor grado de apertura comercial ha habido en el mundo. Que nosotros hayamos sido capaces de aumentar nuestras exportaciones, año tras año, en el periodo de tiempo que más ha crecido el comercio internacional no deja de ser una cosa, en cierta parte razonable, pero como seguramente tendremos ocasión de hablar, veremos que incluso hemos incrementado el precio medio de nuestros bienes. Por tanto, lo hemos hecho ganando más por cada producto que vendíamos.
¿Y cuáles han sido las razones? Veo principalmente dos: una es el gran esfuerzo inversor que hizo la empresa española durante los primeros años del siglo XXI; se ha invertido mucho en bienes de equipo y esa inversión en bienes de equipo era para mejorar la productividad y la competitividad de nuestras empresas.
Esa es la primera parte. La segunda parte es que una vez que soy competitivo, me encuentro que el mercado nacional se me ha caido. Nos encontramos al final de la primera década con una parálisis del mercado nacional. ¿Y qué puedo hacer? Dado que soy competitivo y mucho más productivo que antes pues me voy a buscar en los mercados internacionales.Y el gran boom del comercio internacional español se produce, curiosamente, a partir de la crisis financiera internacional. Si uno ve el gráfico no deja de sorprender cómo cambia la pendiente antes de la crisis y después de la crisis.
Con respecto a los protagonistas, en el Grupo Cooperativo Cajamar estamos muy especializados en el sector agroalimentario, y este ha sido uno de los principales protagonistas, sobre todo a partir de la entrada en crisis. Y a esto ha tenido que ver un proceso de lanzamiento a la búsqueda de esos mercados internacionales, que además lo hemos conseguido hacer de una forma muy brillante. El sector agroalimentario ha crecido a una tasa acumulativa media anual, los 21 años, cada año ha crecido a una media del 6% mientras que en las exportaciones generales estamos creciendo un 4,6%, es decir, ha ido ganando cuota. Tanto es así que hemos pasado de ser el 14,6% de las exportaciones españolas a ser casi el 19%, y con tendencia a seguir creciendo.
El sector agroalimentario ha tenido un comportamiento ejemplar, porque además, todo esto es casi a partir del año 2009 y viene a ser también una extensión de algo que ya se producía solo en el sector de frutas y hortalizas, que empezaron la carrera internacional a mediados del siglo XX; lo que ha hecho ha sido generalizarse en este siglo XXI al resto de subsectores”.
Y a esta buena evolución del sector, ¿cómo ha contribuido el sector bancario y concretamente el Grupo Cooperativo Cajamar? ¿Qué hitos destacaría en la evolución de la entidad en estas dos décadas?
D.U.: “Lo primero es una labor de acompañamiento. Nosotros somos el resultado de la integración de 20 entidades que tenemos la naturaleza de caja rural. Eso quiere decir que estamos muy vinculados al sector agroalimentario desde nuestros orígenes rurales, que es donde se obtiene la mayor parte de la producción agroalimentaria española. Por lo tanto siempre hemos estado muy pegados a ese entorno.
Que tampoco es una cosa muy específica nuestra porque la banca española ha tenido un sector minorista muy importante; hemos estado muy cerca de las familias y de las pymes. Como la inmensa mayoría de las empresas españolas son pymes, cuando estas han dado paso hacia el exterior de forma natural las entidades financieras les hemos ido acompañando.
Con respecto a los hitos, yo señalaría tres principales en los últimos años. En los últimos tiempos hemos profesionalizado mucho la gestión del comercio exterior y la internacionalización de las empresas en la entidad; el hito principal fue la puesta en funcionamiento en 2016 de la Plataforma Internacional. Un esfuerzo hasta ese momento inédito en la banca española para poner en contacto a las empresas que tuvieran interés en entrar en los mercados internacionales con los mejores socios para cada cosa: para hacer un estudio de mercado, para obtener información sobre la ley, para ayudarte en las negociaciones, etc., que en cada paso que una empresa pudiera dar pudieras encontrar un socio en unas condiciones favorables para poderlo hacer.
El segundo hito ha sido incorporarnos al sistema GPI de Swift mediante el cual, sólo seis entidades financieras españolas ahora mismo estamos en ese entorno, lo que conseguimos es que en el ámbito de las transacciones internacionales tengamos una total trazabilidad y la mayor velocidad ahora mismo del mercado financiero. Con lo cual los clientes tienen un servicio de primera.
Y por último hay que señalar el proyecto Try me, que lo que hacemos es que durante tres meses damos servicio de negocio internacional a nuestros clientes sin coste de comisiones alguno, para que lo prueben. Eso incluye un centro operativo para atender exclusivamente a los clientes de negocio internacional””.
Las empresas han sido protagonistas, el sector financiero las ha apoyado, y la moneda, el euro, ha tenido mucho que ver. Justamente este año se cumplen los 20 años de la puesta en circulación del euro, ¿cómo se ha notado?
D.U.: “Creo que es fácil de entender, sobre todo si hablamos de comercio internacional. Hemos pasado de un mundo en el que los países europeos tenían cada uno su moneda y cuando negociábamos entre nosotros… de hecho la mayor parte del comercio internacional se hacía dentro de lo que entonces se llamaba el mercado común; no somos una excepción: que más del 50% de nuestro comercio internacional sea dentro de la zona euro y de la UE, es lógico, a los demás les pasa igual. Eso significa, en el momento en que entra en vigor el euro, ahora mismo creo que somos 19 países dentro de la zona euro, deja de haber 19 monedas y solo hay una. Con lo cual tu cliente va a pagar la misma moneda que tú le estás pidiendo el precio, con lo cual el coste de información desaparece. Pero es que también desaparece el coste del seguro de cambio, que era bastante importante en aquel entonces. Recuerdo que cualquier operación de comercio internacional implicaba tener, según con qué países, unas pólizas de seguro importantes. Te lo ahorras.
Pero hay más. la segunda, que tiene que ver con lo que hablábamos antes del proceso de inversión de las empresas españolas a principios de siglo, tiene que ver con la caída de los tipos de interés. Cuando nosotros entramos en la moneda única pasamos de la noche a la mañana a de tener unos tipos de interés hipotecarios, que son los más favorables, de un 15% a un 7%, pero es que en dos o tres años estábamos en el 2%. y eso eran tipos de interés históricamente bajos, que, vale, ayudaron por un lado a engordar la burbuja inmobiliaria,pero desde luego favorecieron muchísimo la modernización de las empresas españolas, que ha sido lo que ha posibilitado la mejora de la competitividad y la productividad de nuestras empresas para poder entrar en los mercados internacionales.
Y luego hay una tercera vía que es más indirecta, de reconocimiento a nivel internacional, y es que, no somos el dólar, pero empezamos a ser una moneda de referencia importante en los mercados internacionales. Hay muchas operaciones de comercio internacionales que se denominan en euros y no necesariamente hay países europeos implicados . Eso hace que disfrutemos de un prestigio extra por operar con el euro y ser nosotros parte de ese euro”.
Si en estas dos últimas décadas hemos visto muchos cambios a la hora de hacer negocios en el escenario internacional ¿qué nos deparará el futuro?
D.U.: “Ahora hay mucha incertidumbre por la situación actual, pero incluso esta situación plantea un cambio radical con respecto a lo que venía siendo la normalidad desde que empezó la globalización. Podemos marcar el punto de origen del último periodo globalizador con la caída del muro de Berlín y la posterior entrada de China y de Rusia en la Organización Mundial del Comercio. Ahí empieza esta época dorada de la globalización. En el momento en que Rusia invade Ucrania yo creo que se cierra este proceso, no solo porque nos hayamos peleado, entre comillas, con Rusia y hayamos cerrado la mayor parte de nuestras relaciones de comercio internacional con ella. Sino que, añadiendo a eso, había que plantear que llevábamos unos años de cierto malestar de las sociedades con respecto a la globalización y desde luego unos conflictos latentes y crecientes y cada vez más constantes entre Estados Unidos y esa nueva gran potencia que es China.
Se puede dibujar un mundo en que probablemente haya menos globalización. No creo que volvamos al siglo XIX ni a principios del siglo XX, ni mucho menos, probablemente nos encontremos con un mundo mucho menos multipolar y mucho más bipolar como el que teníamos en la guerra fría, que puede marcar que haya mucha renacionalización de producciones que se consideren estratégicas, que se pongan barreras al comercio internacional en determinados tipos de bienes, que ya estamos viendo barreras para evitar el desabastecimiento de mercados nacionales, y es una tendencia preocupante.
Y luego hay otras dos mucho más claras. Una es la digitalización, que es un proceso que lleva con nosotros mucho tiempo, que sector en el que entra, sector al que le da la vuelta como un calcetín, y lo revoluciona. Y poco a poco va entrando en más y más sectores. Poco habrá que no tenga una parte de su negocio digital, aunque solo sean los cobros y los pagos.
Y luego creo que otro que a largo plazo va a tener bastante incidencia es el compromiso por la sostenibilidad. Creo que los consumidores somos conscientes de lo que está suponiendo la huella de nuestra actividad en el medio ambiente y estamos empezando a exigir a las empresas que también sean consecuentes, que produzcan de una forma más limpia y más sostenible. Hoy a lo mejor lo miran cuatro o cinco en la etiqueta pero dentro de 20 o 30 años probablemente el que no sea sostenible no estará en el mercado”.
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