Día Miércoles, 08 de Octubre de 2025
Trinidad y Tobago: centro económico e industrial de Las Antillas
España, en 2021, obtuvo un saldo deficitario en sus relaciones comerciales con el país por valor de 296,2 millones de euros (439,3M en 2020) y una tasa de cobertura del 17,7% (8,6% en 2020).
La República de Trinidad y Tobago, con ser un pequeño país insular formado por dos islas ubicadas en el Caribe, cuyo nombre evoca exotismo y reminiscencias de la primera colonización española del continente americano, no deja de ser también uno de los territorios con mayor PIB per cápita de toda la región, con una economía principalmente industrial que puede resultar de gran interés para las empresas españolas, en tanto que representaría el centro económico del territorio insular antillano.
Este pequeño país, cercano a la costa venezolana, con una población de 1,4 millones, lo que hace de él uno de los menos habitados del continente americano, se presenta como la economía más grande de entre los Estados Pequeños del Caribe (Caribbean Small States), con un PIB de 21.590 millones de dólares, según datos del Banco Mundial correspondientes a 2020.
Su PIB se redujo en un 1% en 2021 y un 7,8% en 2020, debido al impacto del COVID- 19. No obstante, se espera que la economía crezca un 5,7% en 2022, como consecuencia de la reactivación del turismo mundial y del incremento de los precios del petróleo, según las previsiones el Fondo Monetario Internacional. La economía del país está claramente marcada por su dependencia de los hidrocarburos, contribuyendo en un 40% al PIB y suponiendo el 80% de las exportaciones totales en 2021.
En cuanto a sus relaciones exteriores, Trinidad y Tobago forma parte de numerosas organizaciones internacionales como el Banco de Desarrollo del Caribe, el Banco Interamericano de Desarrollo, Naciones Unidas, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola o el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe. En 1967 se convirtió en el primer país de la Commonwealth en ingresar en la Organización de Estados Americanos.
Es necesario reseñar su papel en la Comunidad de Estados del Caribe (CARICOM), compuesta por 15 naciones de la región caribeña y algunas dependencias británicas (Anguilas, las Islas Caimán o las Islas Turcas y Caicos). A pesar de que su sede se encuentra en Guyana, el tratado de constitución (Tratado de Chaguaramas) de esta asociación se firmó en Trinidad y Tobago en 1973.
Su relación con la Unión Europea (UE) se formaliza desde el 2000 en el marco de la Asociación UE-ACP (África, Caribe y Pacífico) a través del Acuerdo de Cotonú. La renovación de este Acuerdo se encuentra en vías de negociación, tras su expiración en 2020.
Asimismo, es destacable el Acuerdo de Asociación Económica UE-CARIFORUM (Foro del Grupo Caribeño de Estados de África, el Caribe y el Pacífico), del que también es parte desde su firma en 2008 y por el cual se establecen mecanismos para facilitar el comercio y la inversión entre ambas regiones.
Durante el periodo 2014-2020, la UE destinó además 9,7 millones de euros en programas para impulsar la competitividad y diversificación económica de Trinidad y Tobago.
El país mantiene relaciones diplomáticas oficiales con España desde el 1976, aunque no fue hasta 2016 cuando se abrió una embajada española en el país, que cubre además al resto de Estados de la región: Guyana, Surinam, Barbados, Granada, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas.
En cuanto al comercio bilateral, en 2021, Trinidad y Tobago se sitúo el 134º en la lista de países de destino de exportación de bienes españoles y el 71º en la lista de países de origen de importaciones de mercancías a España.
Para el mismo año, las exportaciones españolas a Trinidad y Tobago ascendieron a 63,7 millones de euros, registrando un aumento del 53,7% respecto a 2020. Esta cifra representó el 0,02% del total de exportaciones españolas mundiales. Los principales productos españoles exportados ese año correspondieron a productos energéticos (73,4% del total de las exportaciones), en concreto, aceites minerales; semimanufacturas (11,3%), principalmente productos químicos; y bienes de equipo (8,8%), en especial, aparatos eléctricos y otros.
Por su parte, España se situó como el segundo cliente de Trinidad y Tobago en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos, y seguido por China, Guayana y Países Bajos.
Por otro lado, en 2021 el valor de las importaciones españolas procedentes de Trinidad y Tobago alcanzó los 359,9 millones de euros, un 25,3% menos que las registradas en 2020 cuando se situaron en 480,7 millones de euros. Esta cifra representó el 0,12% de las importaciones totales españolas al mundo. Las principales importaciones españolas de Trinidad y Tobago en 2021 fueron productos energéticos – principalmente gas natural –, representando el 73,4% del total.
España, en 2021, obtuvo un saldo deficitario en sus relaciones comerciales con el país por valor de 296,2 millones de euros (439,3M en 2020) y una tasa de cobertura del 17,7% (8,6% en 2020).
Según el Registro español de inversiones (DataInvex), en 2019 (últimos datos disponibles), el stock de inversiones españolas en Trinidad y Tobago ascendió a 64,2 millones de euros, centrándose en los siguientes sectores: fabricación de cemento (76,6 millones de euros); servicios a edificios y actividades de jardinería (7,2M); y almacenamientos y actividades anexas (1,1M). Ese mismo año se registró una desinversión de 15,5 millones de euros en el sector de extracción de petróleo y gas natural. No hay registro de inversiones trinitenses en España.
A la vista de este análisis, creemos que las relaciones bilaterales entre España y Trinidad y Tobago en el ámbito comercial deben ir más allá del sector energético. A pesar del reducido tamaño del mercado, el gobierno trinitense ha expresado su intención de diversificar la atracción de inversión extranjera directa hacia nuevos sectores. En esta línea, las empresas españolas pueden encontrar oportunidades de negocio en otros sectores como la agricultura, el turismo, los servicios marítimos, el tratamiento de aguas, las energías renovables y la logística y distribución. Entre otros, el país ya está llevando a cabo proyectos en las siguientes áreas: producción de papel, almacenamiento y puesta a punto de buques, trasbordo de graneles en alta mar, fabricación y ensamblaje de baterías de litio o cultivo de pimiento variedad Moruga Scorpion.
Además, la importancia de Trinidad y Tobago como uno de los centros económicos e industriales de las Antillas podría servir a las empresas españolas interesadas a dar el salto a otros estados insulares como Granada, Santa Lucía o Barbados.
Antonio Bonet.
Presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles