Día Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
Es la primera vez desde la adopción de la moneda única que la eurozona tiene que hacer frente a una escalada de precios como la que se vive actualmente.
Los datos preliminares publicados el pasado viernes 1 de abril sitúan la tasa de inflación en el 7,5% en el mes de marzo, frente al 5,9% que registraron en febrero. El incremento en los precios de la energía, que han aumentado un 45% frente al mismo mes de 2021, explica gran parte de la subida pese a que la tendencia alcista es generalizada.
Crecen los precios de los alimentos (5%), bienes industriales (3,4%) y servicios (2,7%). Pese a que durante todo 2021 ya se observaban presiones inflacionistas en la eurozona, la guerra en Ucrania y las sanciones interpuestas a Moscú por parte de los Veintisiete han exacerbado esas dinámicas y se espera que la tendencia se mantenga, al menos, los próximos meses. De hecho, está previsto que la inflación alcance su pico en unos tres o cuatro meses antes de volver a reducirse de nuevo. La espiral inflacionista en la que se encuentra el conjunto de la zona euro ejerce una enorme presión al BCE para que inicie la normalización de la política monetaria. El mercado ya descuenta una primera subida a finales de año de hasta 60 puntos básicos y una nueva subida en marzo de 2023 de un cuarto de punto adicional. Se teme, sin embargo, que el endurecimiento de las condiciones de financiación para la eurozona acabe por dañar al crecimiento económico, aún renqueante tras la crisis del covid-19.
│Hungría. Victoria incontestable
Viktor Orbán se reivindica por cuarta ocasión consecutiva como primer ministro de Hungría tras la aplastante victoria que consiguió el pasado domingo 3 de abril con más del 53,1% de los votos. Los partidos de oposición, que habían decidido concurrir de forma conjunta, obtienen apenas un 35% de los votos, frente al 46% que obtuvieron en 2018 cuando se presentaron por separado. Lo cierto es que el amplio abanico ideológico de las distintas formaciones dificultaba una articulación coherente de la campaña electoral. Por ello, se presentaron como la alternativa a la corrupción que ha salpicado al gobierno de Orbán en numerosos escándalos en los últimos años. Además, el estallido de la guerra en Ucrania también sirvió como argumento para atacar al primer ministro, dados los fuertes vínculos políticos y personales que Orban mantiene con el presidente ruso Vladimir Putin. Cabe señalar, sin embargo, que entre los votantes húngaros la narrativa antirrusa no cala tan hondo como en otros países del este de Europa como es el caso de Polonia, por ejemplo. Además, la equidistancia que, hasta el momento, ha mantenido Orbán (apoyando las sanciones pero rechazando el envío de material militar) le ha permitido posicionarse como el defensor de la paz en Hungría, mientras la oposición defendía endurecer su postura frente a Moscú. Supo leer así a la población húngara que, en los actuales tiempos de incertidumbre, ha vuelto a optar por lo que consideran el garante de la estabilidad política y económica de Hungría, como llevan haciendo desde hace más de 12 años.
Fuente: CESCE
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