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Noviembre de 2021 - Plató online tendencias negocio exterior

Expertos constatan la recuperación del comercio exterior, que no está exenta de riesgos ni incertidumbres

Redacción Viernes, 29 de Octubre de 2021 Tiempo de lectura:

En un contexto en que se está viendo cierta reconfiguración en las cadenas globales de valor, la extensión de las vacunas será la clave para que la recuperación sea global. A las empresas españolas los expertos de ICEX, Cámara de España, CEOE y Club de Exportadores les aconsejan seguir saliendo al exterior a competir e incorporar factores de competitividad como la digitalización, la innovación, la marca o la sostenibilidad.

 

Vivimos en un entorno cambiante. La crisis del covid-19 nos ha demostrado cómo nuestras vidas pueden cambiar de un día para otro. Quien dice nuestras vidas dice nuestras economías. Año y medio después del inicio de la pandemia queremos saber en qué punto se encuentra el comercio mundial, qué factores están influyendo -para bien o para mal- en los negocios internacionales y cuáles son las perspectivas para 2022.

 

Marta Blanco, presidenta de CEOE Internacional, Jaime Montalvo, director de Internacional de la Cámara de España, Javier Serra, director general de Cooperación Institucional del ICEX, y Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores, son los expertos con los que analizaremos las tendencias del negocio exterior.

 

Según los últimos datos de comercio exterior, entre enero y agosto de 2021 las exportaciones españolas de mercancías ascendieron un 22,1% alcanzando los 201.626 millones de euros, mientras que las importaciones subieron un 21,6% interanual hasta los 212.497 millones de euros. Por comparar con 2019, las exportaciones en el mismo periodo alcanzaron los 192.131 millones de euros y las importaciones los 213.314 millones.

 

¿Cuáles son las claves de recuperación de las exportaciones españolas y cuáles los elementos que podrían alterar estas buenas perspectivas?

 

Javier Sierra: “Los últimos datos estadísticos de aduanas son alentadores. Se ha producido un rebote considerable de las exportaciones, han subido más de 22% en el periodo con respecto a 2020 superando los datos del 19.

 

Yo quisiera llamar la atención sobre la evolución en el número de exportadores: los exportadores totales sumaron más de 182.000 empresas, lo cual supone un incremento del 27% con respecto al año precedente, después de haber caído un 6,3% en el año 2020. En el caso de los exportadores regulares, más relevante todavía por la mayor resiliencia de este perfil: en el año 2020 se incrementaron más de un 4% y en lo que llevamos de 2021 se han incrementado un 9,2%. 

 

Todos estos datos son muy alentadores pero no conviene caer en la complacencia ni a corto ni a medio plazo. A corto, todos sabemos las tensiones que está ocasionando el coste de la energía en muchas industrias españolas; sabemos también los riesgos de inflación que hay, y si es mayor en el caso de España que el de nuestros competidores comerciales ocasiona un deterioro en la competitividad de nuestras empresas. Y a medio-largo plazo, una vez producido este rebote, es posible que retomemos la senda previa a 2020 que era una desaceleración del comercio internacional”.

 

Marta Blanco: “Siguiendo con los datos y la reflexión que hacía Javier, comparto la palabra que ha utilizado: rebote. Teniendo en cuenta la situación de la que venimos el año pasado, con una caída del comercio mundial espectacular, efectivamente se ha producido un aumento de la demanda mundial, en muchos sectores, y esto ha provocado este buen comportamiento de las exportaciones.

 

Yo creo que hablar de complacencia con la situación actual en los mercados internacionales está fuera de lugar; en eso coincido con Javier. Estamos en una situación muy complicada, por los asuntos que ha comentado Javier pero también por los problemas que hay en las cadenas de suministro. Creo que todos los que estamos trabajando con empresas, tanto españolas como de otros países, es una preocupación constante que va a más. Hay empresas que transmiten que la situación en el aprovisionamiento a día de hoy es más negativa de lo que lo fue en abril de 2020. 

 

Y en términos de expectativas, lo que se ve es una preocupación por esa falta de materias primas, por el aumento de los precios de las materias primas, por los problemas de suministro y demás y una gestión muy complicada en los próximos meses”.  

 

Jaime Montalvo: “Sin duda compartimos el análisis de tanto Marta como Javier. Es hecho que el comercio en general se redujo el año pasado, quizás menos de lo que cabía esperar porque las restricciones fueron fundamentalmente a la movilidad de las personas. Sin duda alguna el tráfico comercial se mantuvo y estamos en una fase en la que la exportación está de nuevo en unos niveles comparables a los de 2019. Comparando los cinco principales mercados de exportación de España, solo hemos exportado un poco menos que en los mismos meses de 2019 en Alemania, Reino Unido y México. 

 

Estamos hablando de exportaciones de bienes, es evidente que la demanda internacional de mercancías se está recuperando, pero no es menos cierto que en el caso de los servicios, ahí sí se ha producido un impacto. Sin duda alguna la digitalización ha matizado la prestación de estos servicios y en algunos casos ha potenciando determinados sectores, como el de la venta online. 

 

Comparto el análisis que han hecho, pero quizás podamos analizar más adelante cuáles son los factores que determinan este rebote. Es una recuperación llena de riesgos y de elementos de preocupación; en particular lo que tiene que ver con la crisis del transporte internacional y el encarecimiento de los costes, los problemas de abastecimiento, y el encarecimiento de materias primas y productos energéticos. Las perspectivas son buenas en la medida en que la demanda está ahí”.

 

Antonio Bonet: “Coincido totalmente con lo que han dicho Javier, Marta y Jaime. En el Club de Exportadores pensamos que el principal problema que estamos sufriendo las empresas es la incertidumbre. Hay sobre todo mucha incertidumbre tanto a nivel internacional como interno de España. A nivel internacional porque muchas empresas están diciendo ‘voy a poder cumplir con mis compromisos de entrega de bienes o no, y a qué precio; voy a ser capaz de poder cumplir con mis suministros a los precios a los que había cotizado o tengo que subir precios, y si tengo que subir precios me quedo fuera del mercado para las siguientes operaciones o no’. 

 

Los datos que ofrece Aduanas y Comercio: han aumentado los precios medio de la exportación española, un 11%, pero también han aumentado los precios medios de los productos importados, un 14%. Esta incertidumbre nos afecta a todos, a las empresa españolas y a las de nuestros competidores. pero hay otra incertidumbre importante, que es interior, qué va a pasar con la situación económica española. Lo que las empresas españolas estamos viendo es que pueden aumentar nuestros costes por encima de lo que aumentan los costes de nuestros competidores, no me refiero solo a materias primas y energía, sino qué pasa con los sueldos, que pasa con el déficit público, que se va a traducir necesariamente en un aumento de impuestos, aumento de costes de la Seguridad Social, y eso nos afecta únicamente a nosotros pero no a otros países con los que estamos compitiendo.”

 

Me gustaría conocer vuestro análisis de cómo ha cambiado el entorno para los negocios internacionales en el último año y medio: qué es lo diferente y qué sigue igual a cómo se hacían las cosas antes de marzo de 2020. 

 

Marta Blanco: “Comparando la situación uno lo que observa es que lo que ha hecho la pandemia ha sido acelerar tanto lo bueno como lo malo que estaba pasando antes. Hay un efecto asociado a la pandemia: la movilidad; cómo la falta de movilidad ha impactado. Que eso nos lleva a fenómenos en los que se produjo esa falta de movilidad pero que en ningún caso fue tan global: nos acordamos del volcán de Islandia. 

 

Pero además, las tendencias proteccionistas existían ya antes, los conflictos comerciales entre determinadas potencias existían antes, el propio sistema multilateral está pasando por una situación complicada que pasa por una reforma de la OMC que no acaba de llegar. 

 

Pero también ha acelerado lo bueno: los procesos de digitalización de las empresas, todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad. 

 

Se han reforzado procesos que ya se habían iniciado con anterioridad. Lo que tenemos que hacer, dado que la situación es tan complicada desde el punto de vista global, afecta a todos los países, de una manera asimétrica, es encontrar las medidas y las políticas para poder superar los problemas que están ocasionando”.

 

Javier Sierra: “Uno de los fenómenos que se han acelerado es el acortamiento de las cadenas de valor, tanto por conflictos comerciales entre diferentes bloques como por la crisis logística. Y desde luego hay un elemento fundamental, todo esto venía de antes debido a la elevación de los costes de producción en Asia y sobre todo en China, donde los costes laborales han superado ya los de México y se acercan a los de Portugal. Eso había iniciado una migración que empezaban a producir en otros países distintos a China, y eso se ha acelerado con la crisis logística, con el desabastecimiento de determinados productos, con la crisis durante la pandemia del abastecimiento de productos estratégicos, como los relacionados con el sector sanitario.

 

Marta mencionaba la aceleración de la digitalización, que también era un fenómeno preexistente. Esto desde luego es positivo pero también tiene un riesgo porque es un nuevo entorno al que se adaptan con mayor facilidad las grandes empresas, hay un riesgo de que las pymes se puedan quedar descolgadas de este proceso de transformación y se agrande la brecha digital entre empresas más grandes y pequeñas. Hay que buscar estrategias que extiendan las capacidades digitales a las pymes”.

 

Jaime Montalvo: “¿Qué ha cambiado? Es indudable que las restricciones a la movilidad de las personas nos han hecho ver desde otra perspectiva, lo que pensamos que era una fortaleza y  es una cierta fragilidad de nuestro sistema de comercio y de relaciones internacionales. 

 

También ha cambiado la percepción de la necesidad de autonomía estratégica, de garantizar los suministros por parte de los países. Hemos asistido a una fragmentación  y regionalización de las cadenas globales de suministro fruto de la necesidad de asegurarse esos suministros estratégicos. Al mismo tiempo que hemos visto medidas de corte proteccionista también hemos visto un aumento de la cooperación internacional en materia sanitaria. 

 

Además ese proceso de regionalización se está plasmando en nuevos acuerdos de integración comercial, lo vemos en África, o la RCEP, el mecanismo de cooperación de 15 países asiáticos, que sin duda alguna forma parte de la nueva realidad a la que nos vamos a enfrentar.

 

Cuestión aparte es la situación en la que se encuentra, distinta y más complicada, el comercio internacional. Hemos hablado del tráfico de mercancías, de la crisis de los contenedores, la escasez y el alto precio de los contenedores y los fletes, como consecuencia de un cierto colapso que se ha vivido en los puertos fruto del covid, del amarre de muchos buques que estaban haciendo reajustes medioambientales y por supuesto de la demanda de China. China ha tensionado mucho la demanda de contenedores. 

 

Con el covid la tasa de ahorro ha sido elevada y ahora se está traduciendo en un mayor consumo, por tanto la demanda es mayor.

 

Las guerras comerciales, evidentemente hay una lucha por el liderazgo tecnológico y más allá, una lucha por el relato político y por el modelo.

 

Eso ha cambiado. ¿Qué se mantiene? Las oportunidades, la competencia, los instrumentos de apoyo, que se han reforzado incluso, y sin duda alguna los desafíos”.

 

Al principio de la crisis del covid-19 se hablaba de que había que relocalizar las industrias. ¿Ha sido un movimiento generalizado o no ha sido tanto como se esperaba?

 

Antonio Bonet: “No ha sido tanto como se esperaba, si ha habido un aumento del proteccionismo pero diferente, no tanto de proteger el mercado local frente a importaciones de otros países sino de restringir nuestras exportaciones en materiales y productos, por ejemplo sanitarios. 

 

No ha habido mucha relocalización porque es imposible hacerlo a corto plazo. La reconfiguración de las cadenas globales de valor requiere decisiones empresariales que no se pueden tomar a corto plazo: hay que buscar localizaciones alternativas, hay que invertir en nuevos sitios, hay que cerrar instalaciones productivas en otros sitios. ¿Asistimos a ese proceso? Sí. ¿Es algo que ya se venía hablando antes de la corona-crisis? Sí. ¿Se va a acelerar como consecuencia de la pandemia? Sí, pero no se puede tomar a corto plazo. Se tarda tiempo: montar una fábrica nueva no se hace de la noche a la mañana”.

 

Marta Blanco: “Coincido contigo, Antonio, que no se puede producir que se esté produciendo, por supuesto que ha habido una ruptura en las cadenas globales de valor, pero una relocalización no ha dado tiempo. ¿Pero que vaya a haberla? Yo no lo tengo tan claro. ¿Que las empresas necesitan diversificar las cadenas de suministro? Por supuesto. ¿Que necesitan de nuevos proveedores? Por supuesto. Pero que eso al final del día nos vaya a llevar a una relocalización de producción y demás, hay que escuchar a las empresas. Las empresas lo que nos están diciendo es ‘nosotros lo que queremos es que nos eliminen los controles que se han impuestos durante la pandemia, es que se inviertan en infraestructuras físicas y digitales, es que se hagan todas estas cosas para que pueda seguir funcionando el mercado’.

 

Lo que estamos pidiendo es mercados abiertos y relocalizar cuando tenga sentido, cuando se den las condiciones. Jaime hablaba de autonomía estratégica pero no nos olvidemos de que estamos hablando de una autonomía estratégica abierta. Está bien pensar en que seamos autosuficientes pero tenemos que seguir siendo abiertos, seguir siendo competitivos”.

 

Antonio Bonet: “Hay una cosa que está clara: las empresas queremos economías abiertas, que haya unas reglas de juego justas para todo el mundo y que se quiten obstáculos; que haya más facilidad para hacer negocios. ¿Qué es lo que ocurre? Que el mundo es dinámico. El acuerdo RCEP va a provocar que muchas empresas no chinas que están produciendo en China van a deslocalizarse para producir en los países ASEAN porque va a ser más interesante: por costes, por acceso a otros mercados, … Eso se está produciendo ya. La tendencia es a que se reconfiguren. 

 

Porque además todos los temas de más autonomía estratégica, las rupturas de las cadenas de valor... el mensaje que están trasladando las empresas es ‘hay que producir en series más cortas, y hay que producir más cerca de donde están los mercados de consumo’, y eso lo que significa es que igual hay que llevarse grandes cadenas de producción de sitios que hasta ahora eran muy competitivos y muy baratos y muy eficientes pero que están dejando de serlo y hay que acercarlos a los mercados de consumo. Y eso se va a producir. ¿En qué grado? Coincido contigo, Marta, no va a ser una reconfiguración total pero si va a haber reconfiguración, y la pandemia lo que va a hacer es acelerar estos procesos”.

 

Se habla mucho de factores que están influyendo negativamente en la competitividad de la empresa española, como problemas de suministro, retrasos en los puertos, alza de precios de materias primas, energía, etc. ¿Qué medidas se pueden tomar -desde las propias empresas y las administraciones- para afrontarlos? 

 

Javier Sierra: “Nosotros sobre lo que está fuera de España podemos hacer relativamente poco. Lo que sí queremos es trabajar, en particular en un entorno de tensiones en costes y precios, intentando ayudar a las empresas a que incrementen su competitividad en factores no tan vinculados al precio. Cuestiones como la digitalización, la marca, la innovación, elementos que no hagan depender tanto nuestras empresas de la competitividad-precio de sus productos en ese escenario en que la incertidumbre en precios y costes es elevada.

 

¿Qué podemos hacer? En un entorno de incertidumbre como el que hemos mencionado, podemos mejorar la información a las empresas, información actualizada, fiable e independiente sobre la realidad de los diferentes mercados. Podemos ayudar a nuestras empresas a solventar esos problemas de movilidad. La tendencia de comercio internacional anterior a 2019 era que crecía mucho más el comercio internacional de servicios que el de mercancías. Eso se ha truncado y es preciso llegar a acuerdos internacionales para recuperar esa movilidad y que de nuevo personas, ideas y datos se puedan mover a través de las fronteras”.

 

En la Cámara trabajáis mano a mano con pequeñas y medianas empresas, ¿cómo les están afectando estos factores a las pymes?

 

Jaime Montalvo: “Quisiera señalar que nosotros como instituciones que representamos a las empresas y que tenemos programas de competitividad para las pymes venimos trabajando con mucha intensidad en intentar facilitar que las empresas incorporen estos factores de competitividad a su modelo de negocio: la internacionalización, la innovación, la digitalización, la formación, ahora más recientemente también la sostenibilidad. 

 

Las Cámaras somos corporaciones de derecho público que tenemos por ley obligación de apoyar al tejido productivo, incentivando su competitividad. Y competitividad es un concepto general. Una empresa si es competitiva nacionalmente es muy posible que lo sea internacionalmente. Inciden muchos factores: los externos tienen que ver con una serie de costes que en España inciden negativamente: el coste de la energía, costes fiscales, costes laborales… Pero yendo a la parte positiva, España tiene un tejido de empresas muy dinámico, quizás un poco pequeño, pero lo que tenemos que hacer es apoyar con actividades de información, formación, financiación, asesoramiento a las empresas, y es en lo que estamos.

 

Hay que tener en cuenta que la situación financiera de muchas pymes se ha visto muy deteriorada en esta crisis del covid. Es verdad que tenemos mucha financiación y que el Plan de Recuperación, sobre todo en el eje de sostenibilidad y en el de digitalización, va a aportar fondos que tenemos que aprovechar. Si una empresa se digitaliza también se hace más competitiva internacionalmente.

 

Luego corresponde a otros medidas de política económica el poder atajar problemas más estructurales que tienen las empresas para ser más competitivas”.

 

Marta Blanco: “Creo que es importante que contemos con estándares homogéneos internacionalmente, fundamentalmente, insistimos desde CEOE muchísimo. Hay muchas restricciones, en el flujo de datos por ejemplo, eso es algo que ocurre en el comercio internacional y eso también es una barrera que hay que facilitar para el comercio internacional de bienes y servicios. La economía circular, todo lo que tiene que ver con reutilizar, remanufacturar, reciclar, hay mucha norma que impide ese movimiento y que puede ayudar a paliar todos esos problemas que tenemos en el suministro. 

 

Y algo que todavía no ha salido es que siempre es necesario el diálogo público-privado, en estas circunstancias más que nunca. Que las empresas podamos transmitir a los gobiernos cuáles son nuestras necesidades, y que los gobiernos puedan adaptar sus medidas a las situación de las empresas, que es tremendamente compleja. depende del tamaño, que por cierto es uno de los problemas que tenemos a la hora de ser competitivos. Ahora más que nunca ese diálogo público-privado es absolutamente necesario”.

 

Quiero referirme al comercio electrónico internacional, que ha crecido exponencialmente desde la pandemia. ¿Cómo de preparadas están las pymes españolas para competir con las de otros países en este campo?

 

Javier Sierra: “Nosotros llevamos tiempo trabajando en programas de capacitación para pymes en comercio electrónico pero hemos empezado a hacerlo más todavía. Tenemos el programa eMarket Services de consultoría a las empresas para abordar comercio internacional transfronterizo. Tenemos programas en colaboración con otras entidades: con Adigital tenemos DigitalXBorder, que es un programa para CEOs; con FIAB para el sector de alimentación tenemos un programa de asistencia, mentoring y acompañamiento; tenemos una tienda propia dentro de Amazon, Food and Wines from Spain; trabajamos también con FICE en otro programa para el sector del calzado… 

 

Se ha avanzado mucho en los últimos años pero queda mucho por hacer, falta capacitación y adaptación de la pyme a todos los requerimientos del comercio electrónico; no es simplemente subir el catálogo de productos, hay que hacer mucho más”.

 

¿Qué concluye el estudio de la Cámara de España sobre madurez digital de las pymes “España: Empresa Digital”?

 

Jaime Montalvo: “Es un informe que busca evaluar la madurez digital de la empresa española. La digitalización es un campo enormemente amplio y que tiene una importancia estructural para las empresas. Dentro de este trabajo hay resultados que merece la pena comentar: las empresas de más de 10 empleados han superado ya la primera fase de la digitalización, pero cuando se abordan cosas más complejas, como son softwares de desarrollo empresarial, CRMs, etc. los niveles son relativamente menores. 

 

Por dar datos comparativos con Europa: en comercio electrónico el que más venta online tiene en porcentaje de facturación de las empresas es Irlanda, el 29,5% de las empresas irlandesas; España tiene según este estudio cerca del 20%. En conexión a internet estamos cerca del campeón, que es Dinamarca, pero cuando empezamos a mirar el uso de la nube, estamos muy bajos, en cloud computing o protocolos de seguridad. 

 

En general la empresa española está acelerando la incorporación de sus capacidades digitales, el Plan de Recuperación el ámbito digital va a ser importante pero tiene que haber también un cambio cultural, que la empresa entienda el carácter esencial que tiene la digitalización para cualquier modelo de negocio hoy en día”.

 

¿Hacia qué países o regiones deberían mirar las empresas españolas para abrir nuevos mercados?

 

Antonio Bonet: “Yo creo que depende de cada empresa, y de cada sector, es muy difícil hacer generalizaciones. El consejo que desde el Club de Exportadores damos es que a las empresas internacionalizadas, que continúen, que son momentos complicados pero hay que mantenerse. Y de hecho las empresas españolas lo hemos hecho estupendamente. Y para los que no están internacionalizados, el consejo es, hay que internacionalizarse”.

 

Como cierre: un consejo a las empresas españolas internacionalizadas para encarar 2022.

 

Marta Blanco: “Consejos para todos en general. La situación más allá de los datos actuales requiere un esfuerzo colectivo y yo lo resumiría en dos cosas: la primera es apertura, apertura, apertura. Y la otra: vacunas. No lo hemos dicho pero la recuperación debe ser una recuperación global”.

 

Jaime Montalvo: “Yo diría el concepto de la colaboración público-privada: las empresas y las administraciones tienen que colaborar porque los retos que tenemos son comunes, para nuestros países, para nuestra ciudadanía. Es el modelo en que nosotros creemos y trabajamos.

 

Y sin duda alguna no podemos perder el tren de la internacionalización. Ahora se trata de consolidar, es importante que las empresas mantengan su apuesta por la internacionalización, pero también tenemos que ayudarlas desde las instituciones a que comprendan las claves, que en ocasiones son temas complejos, a que puedan identificar y prepararse para afrontar las nuevas barreras. Cada vez es más complejo la exportación pero estamos viendo muchas oportunidades: nuevos sectores relacionados con la salud, la sostenibilidad, la movilidad, y con un nuevo modelo de sociedad que se está abriendo paso después del covid. Ya nadie puede estar en su propio mercado, todo ya es global. Por tanto, seamos conscientes de eso, salgamos fuera sin miedo porque hay instrumentos de las administraciones, financieros e informativos que hay que utilizar”.

 

Javier Sierra: “Después del panorama que hemos ido describiendo a lo largo de este plató, en un entorno que hay incertidumbre, tensiones en costes y precios, varios consejos: en primer lugar, la diversificación de mercados, porque es una forma de mitigación de riesgos. y desde luego, la empresa tiene que estar preparada para salir al exterior a competir: capacitación de la empresa, de sus recursos humanos, dotarse de información actualizada, contar con el asesoramiento de expertos, dotarse de elementos de competitividad… Aprovechar todos los medios que existen para que la empresa se prepare para ese entorno internacional, y sabiendo además que la salida al exterior la van a hacer empresas de todo el mundo”.

 

Antonio Bonet: “Los que estamos internacionalizados hay que mantenerse y los que no se han internacionalizado es que tienen que salir fuera”.

 

 

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