Del Martes, 16 de Septiembre de 2025 al Jueves, 18 de Septiembre de 2025
París y Berlín han presentado una propuesta conjunta para dotar a la zona euro de un instrumento financiero con el objetivo de hacer converger las economías de la Eurozona.
La propuesta actual se queda bastante lejos de las aspiraciones iniciales del presidente francés Emmanuel Macron quien, en un principio, aspiraba a un presupuesto equivalente a varios puntos del PIB de la zona euro. Sin embargo, Berlín ha moderado las pretensiones francesas hasta reducirlas a un mero “instrumento presupuestario” integrado en el marco financiero de la UE y destinado a apoyar económicamente proyectos de reformas estructurales o inversiones públicas ligadas a esas reformas.
Macron ha preferido un acuerdo de mínimos que permita llegar a las elecciones de mayo al Parlamento Europeo con al menos un logro en su programa europeísta. Además, espera que esta medida sea el primer paso de una unión fiscal mucho más ambiciosa. Según la propuesta franco-alemana, el nuevo fondo se nutrirá de aportaciones nacionales y, cuando sea posible, de los fondos de la UE y financiará los costes ligados a los planes de reformas presentados por los Estados miembro en el marco del Semestre Europeo. Hasta ahora, las reformas planteadas en dichos planes no terminan en medidas concretas pero el documento propone que los distintos países recibirán la financiación correspondiente en función del avance logrado en dichas reformas. El fondo también podrá utilizarse como aval para proyectos de inversión, tal y como ocurre con el llamado plan Juncker puesto en marcha en esta legislatura. Berlín ha conseguido incluir en la propuesta la cofinanciación de los proyectos de inversión por parte de los Estados; cofinanciación que puede ser temporalmente suspendida en caso de que el país se encuentra atravesando una crisis severa. A cambio, París ha conseguido que el control de esta nueva partida recaiga en el Eurogrupo (formado por los Ministros de Economía de la zona euro) y en las Eurocumbres (presidentes de Gobierno de la eurozona), evitando así a los socios de la UE que mantienen su OCDE propia divisa y que obstaculizan continuar con el proceso de integración económica. Ahora serán los ministros de finanzas del resto de países de la zona euro quienes tendrán que discutir y aceptar la propuesta. Veremos, pues, si este principio de acuerdo supone el comienzo de un mayor compromiso con el proyecto europeo o si, como en otras ocasiones, se queda únicamente en palabras vacías.
Fuente: CESCE