Del Martes, 14 de Octubre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
Inteligencia expatriada, Socint en Comunidad
Encendemos la televisión, abrimos la prensa económica, miramos Internet. Siempre encontramos una referencia al colectivo español en el extranjero haciendo negocios o emprendiendo y parece muy numeroso.
No sabemos realmente si es porque, en verdad, son tantos, o porque al leer u oír nuestro cerebro busca con avidez de forma inconsciente esa información pues nos interesa, pero el problema de los sesgos a la hora de encontrar información sería para otro artículo.
La verdad es que, sí, hay colectivo español expatriado muy valioso en todo el mundo. Y, sí, es verdad, lo hacen muy bien. Recientes informes de unidades de análisis de inteligencia económica hablan de la fortaleza del colectivo, empresarial o no, en otros países para hacer negocios o vivir. Y hablan de costumbres, de reuniones, de sus lazos de fraternidad; pero también hablan de su desconfianza sobre el apoyo en el exterior de las instituciones, de sus problemas de recelos inter pares, de la falta de alineamiento a la hora de estrategias comerciales entre ellos, de “cainismo”…
En estos informes a veces se hacen análisis comparativos, bastante ricos a la hora de detallar procedimientos, sobre como otras comunidades hacen esta labor en sus expatriados, se habla de lobby con apoyo y reglamentación explicita, se habla de apoyos institucionales en algunos casos que van más allá de las reglas del libre mercado, se habla de penetración en negocios viaapariencia cultural, e incluso se habla de colonización económica vía sectores profesionales.
En nuestra opinión, la necesidad de formalizar la Comunidad de Inteligencia Económica Expatriada es perentoria. Sí sabemos que hay Cámaras de Comercio, hay oficinas del ICEX, hay grupos de empresarios,... sí, los hay y son excelentes. Pero una Comunidad de Inteligencia es otra cosa. No se trata sólo, ni prioritariamente, de los contactos que se tengan de forma personal o gracias a canales informales para acceder a conocimiento o información o personas en un país; este camino tiene sus problemas, sus servidumbres.
Evidentemente las relaciones personales son la fuente de la confianza, pero no por ser “personales”, si no por ser la fuente “las personas”. En estos momentos estoy pensando en dos comunidades expatriadas en España que lo hacen de forma muy diferente. Ya sea de “exiliados privados” o ya sea de aquellos que cuentan con apoyo de sus gobiernos, la formalización está plenamente reglamentada, los procesos son claros y no es algo basado en el “gurú” que controla y es como un padrino. Todo lo contrario, hay procesos claros y transparentes de asignación de contactos y transparencia en la rentabilización, creación de eventos con objetivos explícitos y no sólo networking, evaluación de propuestas para apoyo comercial, sistemas de evaluación y captación del talento expatriado, informes de rendimiento comercial de los “asociados”, política de precios a emprendedores y financiación de los mismos, captación y control de los colectivos de otros expatriados/nacionales para conocer sus necesidades, obligación de elaboración de reportes y transferencia de información sectorial a los demás socios (hablamos de informes internos no de newsletters o revistas públicas)… hablamos de usos de herramientas de Inteligencia en el grupo de gestión de expatriados.
Lo diremos de forma breve y aunque sea políticamente incorrecto, hay sólo dos modelos de gestión de comunidades expatriadas desde el punto de vista de la inteligencia: o las empresas son las que trabajan en el exterior para llevar los intereses del Estado allí y fortalecerlos, debiendo por tanto subordinación a los mismos y estando alineados con la estrategia de Inteligencia Económica, o es el Estado el que sirve como apoyo directo/indirecto a las propuestas e intereses de las Empresas. La elección depende de la comunidad o del país. Pero no podemos cambiarla radicalmente o cada poco tiempo dependiendo de intereses o a velocidad inadecuada que pilla a los empresarios y a los expatriados casi siempre con el pie cambiado.
Para evitar lo anterior, lo normal es que recurra el expatriado a los vínculos personales para evitar esa incertidumbre, a la información privilegiada a coste de dependencia informal, y eso ya sabemos lo que puede traer.
Para terminar esta breve reflexión lo haremos de la mano de Ortega y Gasset, pero citando plenamente su pensamiento y no cortándolo a la mitad. Él decía dos cosas en lo referente a la concepción de la realidad vital de la humanidad:
“No sabemos lo que nos pasa, y eso es lo que pasa en nuestra vida”. Para saber lo que somos tenemos que formalizar y analizar cómo pensamos, qué queremos y con qué modelo empresarial actuamos. En Inteligencia lo llamamos: “Requerimientos, objetivos, información, fuentes y acción evaluada”
“Yo soy yo y mis circunstancias, pero si no las salvo a ellas no me salvo yo mismo”. No se puede pensar que mi forma de pensar es, ni la mejor, ni la única, ni sólo mía… hay que conjugar el verbo en plural. Somos tareas colectivas no individuales. Las circunstancias no son limitaciones, son oportunidades de conocimiento para el cambio. Salvar las circunstancias en Ortega es conocerlas para conocerme, las circunstancias de Ortega son Vitales, pero también y básicamente, son racionales, no se improvisan.
Ambas cosas son parte de la gestión de la Inteligencia, esta última se llama SOCINT (Inteligencia Socio Cultural), no se improvisa, no es intuición ni “don de gentes”, tiene un método.
Fernando Cocho Pérez.
CEO de h4dm SL.