Del Jueves, 27 de Noviembre de 2025 al Viernes, 28 de Noviembre de 2025
La industria del metal, y en particular el sector del aluminio en Galicia y España, enfrenta una situación de alta incertidumbre marcada por la caída de la producción europea, el aumento de costes y la tensión en los mercados internacionales. Las asociaciones AEA y ASIME han convocado una rueda de prensa en Santiago de Compostela para alertar sobre esta “tormenta perfecta” y reclamar ajustes urgentes en el recién implementado Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) de la Unión Europea.
Un Escenario Crítico para el Sector Metal Gallego
En una comparecencia conjunta, la Asociación Española del Aluminio (AEA), que agrupa a más de 650 empresas, y la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas de Galicia (ASIME) han dibujado un panorama complejo. La región gallega, donde el sector metal representa un 19% del PIB y emplea a más de 60.000 trabajadores, se encuentra especialmente expuesta a la volatilidad de precios, las guerras comerciales y las nuevas regulaciones.
Los representantes empresariales —incluyendo a Cruz Casal (Cortizo), Marina Magán (Exlabesa) y Francisco Quintá (Grupo Quintá/Extrugasa)— coincidieron en señalar que la dependencia de un suministro de aluminio cada vez más limitado pone en riesgo a industrias esenciales como la automoción, la construcción, la naval-marítima y las energías renovables.
El CBAM: Necesario, Pero con Deficiencias de Cobertura
El Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), cuya aplicación plena está prevista para 2026, fue uno de los focos principales de la crítica. Si bien reconocen su necesidad para proteger a la industria europea de las importaciones con menor estándar ambiental, ASIME y AEA advierten que su diseño actual introduce distorsiones que perjudican a regiones importadoras y altamente industrializadas como Galicia.
Gonzalo de Olabarría, Secretario General de la AEA, fue categórico al respecto: “Necesitamos un CBAM eficaz y justo, que proteja realmente a la industria europea. Tal como está diseñado, deja fuera productos transformados de aluminio como extrusiones y perfiles, no contempla las emisiones indirectas y carece de un sistema robusto de trazabilidad del reciclado”. De Olabarría alertó que esta omisión “pone en riesgo la competitividad de muchas empresas gallegas que han invertido durante años en tecnología limpia y procesos eficientes”.
Por su parte, Enrique Mallón, Secretario General de ASIME, destacó que el CBAM se ha convertido en “un factor añadido que agrava una situación ya muy complicada”, incidiendo en que cualquier incremento de costes impacta directamente en cientos de empresas manufactureras del metal.
Las Cuatro Claves de la Vulnerabilidad Industrial
Los intervinientes subrayaron que la incertidumbre europea y los cambios en el mercado están afectando gravemente al sector. Entre las principales preocupaciones se encuentran:
La caída de la demanda industrial, especialmente perceptible en segmentos como la automoción y la construcción.
Las tensiones en el suministro de materia prima, con aranceles y restricciones que afectan tanto al aluminio como al acero.
El aumento de la presión competitiva internacional, con países como China y Turquía que producen a costes muy inferiores o con menores exigencias ambientales.
La deslocalización del reciclaje de chatarra, que se ve agravada por la fuerte demanda de los mercados chino y estadounidense, limitando la materia prima para las fundiciones europeas.
Enrique Mallón hizo hincapié en la problemática de la chatarra: “La demanda global de aluminio reciclado está desbordada. Si no se controla la salida masiva de chatarra europea hacia terceros mercados, dejaremos de tener materia prima para nuestras fundiciones”.
Reclamo de Estabilidad y Apoyo Político
La industria gallega se reafirma como puntera en tecnología y exportación, pero exige estabilidad regulatoria. “No podemos competir con productos que llegan al mercado europeo con estándares ambientales mucho más bajos”, manifestaron los representantes.
Gonzalo de Olabarría concluyó su intervención final subrayando la resiliencia de Galicia como potencia industrial. No obstante, advirtió: “No podemos dar por garantizada esa fortaleza si no se adoptan medidas urgentes. Galicia es líder europeo en transformación de aluminio. Pero necesitamos un marco regulatorio justo que no penalice a quienes hacen las cosas bien”.
En resumen, las asociaciones y las empresas gallegas coinciden en que el sector tiene futuro, pero solo si se implementa un apoyo real y una política industrial europea que esté a la altura de los desafíos actuales.


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